La aeronave aun no pertenece al Estado
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / AUNQUE EL tema se ha tomado a “chunga” -sin considerar los efectos ocultos del mensaje que el Presidente Andrés Manuel López Obrador desea enviar con la rifa del avión presidencial si no es vendido en un tiempo perentorio-, la propuesta tiene al menos tres aristas ya que si bien con el anuncio el tabasqueño tiende una cortina de humo a los verdaderos problemas del País incluso, a escándalos como el nacimiento de su primer nieto en Houston, Texas, lo que le convierte en norteamericano y, por tanto, súbdito de Donald Trump antes que de López Obrador; el fracaso del Instituto de Salud para el Bienestar, Insabi y la consecuente desaparición del seguro popular, así como la ausencia de medicamentos suficientes para niños con cáncer e infectados por el VIH/Sida entre muchos otros conflictos, AMLO trata de disfrazar el fracaso de la venta del lujoso y poderoso avión -que solo usó Enrique Peña Nieto- con un sorteo que ha engendrado toda suerte de memes que van desde el reforzamiento de los 6 millones de cachitos de 500 pesos cada uno, con la incorporación de chicles Camel o corcho latas con premios de consolación. Tal vez, sin embargo, lo que pocos ven, es que el Presidente oriundo de Macuspana, Tabasco busca que el pueblo –bueno y malo- pague de nueva cuenta el avión presidencial que ni siquiera es propiedad del Estado ya que se deben más de dos terceras partes, de tal suerte que los recursos que serían destinados a ese fin los pueda usar libremente el Presidente en sus programas sociales clientelares, que no son otra cosa que el aseguramiento del voto en 2021 y 2024, sobre todo ahora que su partido se despedaza por intereses personales.
PORQUE, DE usted por hecho que López Obrador no está bromeando con eso de la rifa del avión presidencial, y que incluso estaría dispuesto a descontar la compra de un cachito a los beneficiarios de “programas sociales”, y tenga por seguro que nadie repelaría puesto que de todas formas es dinero regalado a costillas de los contribuyentes, y si el Presidente se los pide aceptarían de mil amores con tal de no perder otras entregas. Solo por parte de beneficiarios de esos programas el titular del Ejecutivo aseguraría al menos entre 3 y 4 millones de “cachitos”, y el resto se los enjaretaría a empresarios, burócratas y todos aquellos que requieren los favores de la Cuarta Transformación, y al final de cuentas la aeronave sería pagada –lo que falta- por el pueblo que, por supuesto, no tendría donde guardarla ni como darle mantenimiento, aun cuando se tratara de algunos de los más ricos empresarios del País. Y es que si la aeronave fuera ganada por algún clase mediero o ciudadano de bajos recursos se conformaría con cualquier monto menor y la dejaría nuevamente en manos del Estado que seguiría haciendo su mejor esfuerzo para rematarla o haciendo una segunda o tercera rifa hasta lograr sacarla, ya que él o los ganadores tendrían que considerar algunos gastos que no son pocos, aun cuando López Obrador ha dicho que quien ganara el sorteo obtendría “el servicio de operación por dos años, o de un año”, pero no precisa a qué costos incluidos se refiere.
ALGUNOS EXPERTOS reseñan que el avión “José María Morelos y Pavón” que es un modelo 787-8 de la serie Dreamliner del fabricante Boeing, tiene una capacidad máxima de 126 mil kilos de combustible, es decir, 126 metros cúbicos de turbosina, y de acuerdo a los informes de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), al mes de Octubre el metro cúbico de ese combustible andaba en 11 mil 610 pesos, es decir, para ‘llenarle el tanque’ a tu avión –en caso de sacártelo en la rifa- necesitarías 1 millón 473 mil 459 pesos (lo que te alcanzaría, incluso, adquirir el más lujoso Mercedes). Pero más allá de las “pequeñeces” de la turbosina, en caso de ser el agraciado, tu avión necesitaría un aparcamiento, y lo cierto es que la gran mayoría de los mexicanos no poseen un espacio disponible para albergar una unidad de 220 toneladas de peso y 57 metros de largo por 60 de ancho, por lo que se tendría que recurrir a la renta de un hangar. Y solo para que vayas haciendo cuentas, un reporte del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) advierte que la renta mínima de un metro cuadrado en los hangares del lugar cuesta 43 pesos por mes. En esa terminal se construyó el hangar presidencial, una obra destinada precisamente para ser ‘hogar’ del avión que el Gobierno busca ahora vender, y si se considera que ese espacio tienen una extensión de 59 mil 551 metros cuadrados, su renta al mes te costaría 2 millones 560 mil 693 pesos. Pero suponiendo que ya superaste todo lo anterior –algo que no podría hacerlo ni Obama-, también debes buscar quien lo piloté, y de acuerdo al sitio Glassdoor, el salario de los pilotos de avión comercial es de unos 40 mil pesos mensuales en promedio, esto sin tomar en cuenta el mantenimiento ya que los pilotos no lo hacen, no son como los choferes de algunos ricachones que ponen a sus conductores a asearles el automóvil. AMLO sabe lo anterior, y por ello el anuncio la rifa que, seguramente va en serio, ya que quien se lo saque optaría por donarlo al Gobierno previa alguna ganancia, y la aeronave se seguiría rifando ya no solo en México sino en otras naciones de centro y Sudamérica donde abundan los dictadorzuelos trasnochados que lo comprarían con cargo a sus Gobiernos, aunque los pueblos se sigan muriendo de hambre o migrando por falta de atención o empleos.
Y ES que el avión presidencial difícilmente podrá venderse tras la pésima publicidad que el Presidente López Obrador le ha hecho, ya que nadie querría comprar un monumento a la corrupción, como le ha llamado, y acaso por ello equivocó la estrategia de mercadotecnia, además de que el presupuesto mensual que el posible dueño del avión presidencial tendría que desembolsar al mes sería de, al menos, 5 millones 231 mil 927 pesos, y en un País que no está dando prioridad a la inversión, ni siquiera al crecimiento económico ya que AMLO prefiere regalar pescado que enseñar a los mexicanos a pescar, ni siquiera Carlos Slim se arriesgaría a comprarlo, ni por hacerle el favor al Presidente. Alguna vez oí decir a un amigo de recursos económicos cuando le preguntaron porque no se compraba un yate o un avión con tantísimo dinero que tenía, y este respondió con desparpajo: y para que gasto si se los puedo pedir prestado o alquilar a mis amigos que si tienen. Y es que un avión no es de uso diario, aun cuando se alquilara, a diferencia de un auto, y eso lo sabe AMLO que con la rifa podría no solo terminarlo de pagar, sino sacar un extra para sus programas sociales sin usar recursos del Estado para ese fin, y seguir fomentando sus programas sociales clientelares de cara al 2021 y 2024. Así de simple… OPINA [email protected]
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