Nuevos partidos: lacras innecesarias

Urna electoral FOTO; FRANCISCO DE LUNA
Dirigentes: vividores del presupuesto
Ya es tiempo del autofinanciamiento

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / NO ES secreto que tradicionalmente los partidos se agrupan en dos ideologías: izquierda y derecha, y un apéndice creado a conveniencia cuando no se quiere estar en esos extremos pero sin abandonar el pensamiento o tendencia de ambas corrientes, y en ese tenor, partiendo de los intereses o propuestas económicas, políticas y sociales fue inventado el centro y sus derivaciones: centro izquierda o centro derecha, aunque en realidad lo que ciertamente interesa a quienes fundan partidos Estatales o, incluso nacionales, más allá de los cargos que logran en las urnas o las negociaciones “políticas” sirviendo de satélites a los institutos mayores, son las millonarias prerrogativas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador busca reducir en un 50 por ciento, vía el Congreso de la Unión y que, sin embargo, de lograrlo, seguirán siendo jugosas para vivales que no saben hacer otra cosa que vivir del presupuesto oficial. Otro mundo le pintara al país si, en efecto, los mexicanos se aglutinaran en una de las dos corrientes verdaderas, en este caso la izquierda política que entre sus tendencias considera prioritario el progresismo y la consecución de la igualdad social por medio de los derechos colectivos (sociales), circunstancialmente denominados derechos civiles, frente a intereses netamente individuales (privados) y a una visión tradicional de la sociedad, representados por la derecha política. En general, la izquierda tiende a defender una sociedad aconfesional o laica, igualitaria y multicultural. En función del equilibrio entre todos estos factores, la izquierda política se divide en multitud de ramas ideológicas, o la derecha política que es un concepto que se refiere al segmento del espectro político asociado a posiciones conservadoras, religiosas o bien, simplemente opuestas a la izquierda, y engloba por tanto a corrientes ideológicas muy diversas cuya separación puede ser tajante, dependiendo de que consideren prioritaria la defensa de la libertad individual (liberalismo), la defensa de la patria (nacionalismo, patriotismo) o de que ante todo busquen el mantenimiento del orden social establecido (tradicionalismo, conservadurismo). En oposición a la izquierda política, el sector más liberal enfatiza el libre mercado por encima del intervencionismo de las administraciones públicas, y busca potenciar valores y derechos individuales frente a posiciones colectivistas o estatistas, mientras que el sector más conservador es partidario del encuadramiento colectivo en estructuras rígidamente jerarquizadas y disciplinadas.

LO DEMÁS es rollo: centro, centro izquierda o centro derecha, tendencias que han ido asumiendo quienes, ausentes de ideología, solo buscan el bien personal cuando sienten que los partidos que los patrocinaban ya los echaron al cesto de la basura. En ese contexto, muy a pesar de que Veracruz y el país en general se encuentran en crisis, 15 asociaciones civiles en el Estado buscan ser partidos Estatales, aunque por fortuna solo cuatro estarían a punto de lograrlo y, por tanto, acceder al financiamiento que dispone la legislación electoral a través de las prerrogativas. Y aunque el Organismo Público Local Electoral (OPLE) no solicitó una ampliación presupuestal para financiar a los de nuevo cuño, la bolsa destinada a los que ya tienen registro será de 306 millones de pesos, mientras que los nuevos institutos solo recibirán el 2 por ciento de esa cantidad, algo así como 6 millones de pesos que nadie te los regala, salvo la mal entendida democracia que sigue dilapidando el dinero de los gobernados, porque se quiera o no aceptar, los recursos que maneja el OPLE en el Estado y el INE a nivel nacional provienen de las contribuciones fiscales de la sociedad que paga impuestos, dinero que debería ser para mejorar carreteras, caminos, alumbrado, equipar a las policías, fortalecer la compra de medicamentos, abrir nuevas escuelas, en fin, un rosario interminable de necesidades que tiene el país pero que, sin embargo, esos recursos van a parar a los bolsillos de líderes venales que llegan a sentirse la salvación de este país y Estado, y que en nada ayudan a los gobernados cuando asumen el poder, o en programas sociales clientelares del nuevo Gobierno Federal para mantener el mando.

POR LO pronto, los nuevos padres salvadores de la patria chica serán las asociaciones sociales “Podemos” -como el partido español- presidida por el ex diputado local Francisco Garrido Sánchez, expulsado de Alternativa Veracruzana por Alfredo Tress que, a su vez, fue echado de Convergencia, ahora Movimiento Ciudadano; “Bienestar y Justicia Social” en manos del eterno líder del movimiento Cardenista, Antonio Luna, que lo mismo sirve al PRI o al instituto que mejor le pague, y que para lograr sus objetivos –más dinero y comodidades- solía plantar a seguidores frente a Palacio de Gobierno; “Todos por Veracruz”, ligada al ex diputado local Jesús Vázquez, ex diputado verde e igualmente desdeñado, y pariente del bien recordado ganadero Cirilo Vázquez Lagunes, y “Unidad Ciudadana”, de la que no se tiene mayor información. Las cuatro agrupaciones ya realizaron sus asambleas distritales y municipales, pues con base en la Ley Electoral debieron cumplir con 20 asambleas en caso de ser distritales y 141 si se trataba de municipales para reunir más de 15 mil militantes certificados y así adquirir el registro.

Y ESO solo en el ámbito estatal, ya que en el nacional otras cuatro asociaciones civiles podrían obtener sus registros como partidos, y las que ya cumplieron con el número de asambleas y afiliados previstos en la ley son Grupo Social Promotor que no es otra cosa que la antigua Nueva Alianza que había perdido su registro; Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo; Encuentro Solidario que en realidad es encuentro social, y México Libre que sería la nueva empresa de Margarita Zavala y el ex Presidente Felipe Calderón. Por ello, tal vez, por los elevados costos que implican a los mexicanos, ya sea tiempo del autofinanciamiento a partir de las cuotas que aporten militantes, sobre todo los que ejercen cargos políticos o administrativos, y en el mejor de los casos mediante sorteos y otros mecanismos que les permitan allegarse recursos sin rebasar los topes. Y es que para sostener sus actividades ordinarias, es decir, pagar las actividades que se derivan de procesos internos, sueldos y salarios de personal, arrendamiento de inmuebles, papelería, viáticos y hasta propaganda institucional, los siete partidos políticos nacionales que actualmente cuentan con registro tendrán este año un presupuesto de 4 mil 988 millones 864 mil 914 pesos que les otorga el INE con el fin de promover la participación ciudadana y la difusión de la cultura política, mientras que para la franquicia postal se les dará 99 millones 777 mil 300 pesos, más 693 mil 490 de franquicia telegráfica, dando un total de 5 mil 239 millones 1 mil 651 pesos para sus actividades –y el solaz esparcimiento de sus líderes-, y eso es mucho dinero dilapidado que podría servir para otras muchas necesidades que tienen los mexicanos. Así de simple…OPINA [email protected]

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