Salvador Muñoz / Llega al Centro Estatal de Cancerología (Cecan), el secretario de Salud en Veracruz, Roberto Ramos Alor, con juguetes cual si fuera Santa Claus, por lo gordito, aunque era Día de Reyes y si había que compararlo, tendría que haber sido el elefante… pero bueno, en cuanto lo vio el director del Cecan, le dijo todo angustiado:
—Señor Secretario… ¡los niños tienen seis meses que no toman sus medicamentos!
—¡Dígales que entonces no hay juguetes!
Cuando le planteo a la Mujer que será mi entrada este chiste para mi columna, me dice que es cruel.
Me acuerdo de Carlos Ballarta, comediante que es advertido en el centro nocturno donde trabaja, que no cuente chistes sobre Síndrome de Down porque entre el público está una niña con esas características. El “estandopero” se compromete a no hacerlo, pero ya en el escenario, no resiste la tentación ¡y lo cuenta! ¡Todo mundo se indigna ante el chiste! ¡Los padres de la niña! ¡Los que están en su entorno! ¡El dueño del Centro Nocturno! ¡Todo mundo se indigna por el chiste sobre Síndrome de Down! pero remata Ballarta que nadie se indigna porque hay una menor de edad en un Centro Nocturno.
¿Se asemeja la anécdota de Ballarta con mi chiste? Sí, puede parecer cruel, pero creo que un secretario de Salud que prometió a padres y madres de niños con cáncer, a familiares de personas enfermas de cáncer, allá por marzo del año pasado, que no habría desabasto de medicinas para atender los problemas oncológicos de estos pacientes, es más cruel y ofensivo que no tenga por principio, palabra; y por consecuencia, hasta valor para dar la cara a los manifestantes que se plantaron no sólo en el Cecan, sino que tuvieron que trasladarse a la arteria principal de la capital veracruzana para bloquear la calle de Enríquez para entonces, ahora sí, ser atendidos por todo mundo… menos por Ramos Alor.
Es cierto… el desabasto de medicamentos para tratamiento oncológico, no es nuevo, ni tampoco de índole local… es a nivel nacional. De acuerdo al mismo presidente López Obrador a finales de agosto del año pasado, la falta de medicinas era un tema que “se estaba atendiendo”, aunque pretextó que lo que hay en el fondo “es una inconformidad, pero no sólo de los padres y de los niños”, sino de los que vendían los medicamentos… la empresa o empresas que proveían tales medicamentos fueron suspendidas para continuar su papel… La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) anunció que “los principales productores de Metotrexato” –medicamento utilizado contra algunos tipos de cáncer– no contaban con certificado vigente y de cierto modo, ni autoridades de Salud ni la misma Cofepris consideraron los problemas que tal suspensión conllevaría sobre todo en los pacientes… se habló de decesos y se habla de angustia.
Este martes, las calles de Xalapa y el Puerto de Veracruz, se llenaron de padres de familia demandando atención para sus hijos y familiares enfermos de cáncer.
A ellos no les interesa si la proveedora tenía certificado o no, si las medicinas las van a seguir trayendo de Francia (porque el primer paquete no fue suficiente) o si hay grillas políticas entre empresas farmacéuticas y gobierno federal… ¡luchan por la salud de sus enfermos!
Ahora, si hay gente que cree que es cruel el chiste con el que abro este comentario, considero que hay más crueldad en las acciones políticas a ciegas y la falta de valor de un secretario que es incapaz de dar la cara a quienes reclaman atención, medicinas, porque sus hijos se están jugando la vida… eso sí es indignante.
Comentarios