Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / A MARLON Ramírez Marín, el flamante dirigente estatal del PRI le queda clara una cuestión: los personajes que busca expulsar del “tricolor” –ahora que es el mandamás de ese instituto en el Estado- no lo respetan y ni siquiera lo toman en cuenta. Más bien lo consideran un estorbo rumbo al 2021, ya que el regidor con licencia del puerto de Veracruz estaría buscando una alianza con el PAN en algunos distritos y municipios, mientras que a los que intenta echar del Revolucionario Institucional trabajan probables acuerdos con el Movimiento de Regeneración Nacional, e incluso con el Movimiento Ciudadano que encabeza Dante Alfonso Delgado Rannauro. En suma, a Ramírez Marín -que se desconoce qué hace, dónde opera y con quiénes- se le está desmoronando el PRI entre las manos, y la advertencia de expulsión a ciertos militantes no deja de ser un calambre tardío, al viejo estilo del ex partidazo, cuando mandaba mensajes amenazantes a una militancia que navegaba entre dos mares, o que amenazaba renunciar para obtener caprichos que no les concedían. Marlon, actualmente, solo controla, y a medias, el priismo del Puerto de Veracruz que es menor, muy a pesar de que la antepasada gestión municipal fue priista, pero eran otros tiempos. Ahora el poder de la zona conurbada se divide entre dos grupos panistas: el de los Yunes Linares-Márquez a quienes Ramírez busca pagar el favor de haberle financiado la campaña a la presidencia que ahora ostenta, y el de Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, el afamado “chapito” de Tantoyuca que al igual que Marlon, solo controla una parte del panismo veracruzano por más que el líder nacional de ese instituto, Marko Cortez, haya venido recientemente a echarle loas y a intentar una reconciliación que no se configura.
EXPULSAR A un priista no es de quítame esta paja, y ahora que Ramírez Marín ha difundido la versión de que se encuentran en el “banquillo de los acusados” la chicontepecana y ex funcionaria estatal, Alicia González Cerecedo; Edgar Díaz Fuentes, legislador local y aspirante a la dirigencia estatal de la Liga de Comunidades Agrarias ahora que está vacante ese puesto tras el asesinado de Juan Carlos Molina; Edmundo Martínez Zaleta –que ha fungido como suplente de Héctor Yunes Landa en la Cámara Baja en más de una ocasión-, y el diputado local, ex secretario general y ex Presidente del PRI Estatal, Jorge Moreno Salinas, la postura no deja de ser un sueño “guajiro”, ya que si los acusados se ponen de acuerdo y ponen en manos del CEN del PRI el pasado y relaciones yuni-panistas del priista, seguramente el primero en salir sería el propio Marlon a quien ya le apodan el “sastre de invierno”, por esas chamarras tan acogedoras que suele tejer, aunque solo sean imaginariamente.
ES CLARO que además de las alianzas con MoReNa y con el Movimiento Ciudadano de algunos grupos del PRI, a Marlon le preocupa que ante la proximidad del proceso electoral intermedio de 2021, la agrupación política ‘Todos por Veracruz’ conformada por militantes de Alianza Generacional que dirige el Diputado Federal, Héctor Yunes Landa le coma el mandado –y por ende a los otros Yunes- en la postulación de candidaturas a diputados, alcaldes, síndicos y regidores en el proceso electoral que se avecina, pues según comenta Ramírez Marín a panegiristas en público y en privado, Héctor y sus seguidores “ya han ´mamado´ mucho y deben dejar espacios políticos para que sean otros los que compitan en las próximas contiendas intermedias”.
LOS RUMORES de la presunta expulsión de militantes surgieron luego de una reunión en un restaurante de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río con integrantes de la Comisión de Justicia Partidaria que preside Raúl Ramos Vicarte, quien le habría informado a Marlon de algunas quejas en contra de Edmundo Martínez Zaleta debido al presunto apoyo que éste le dio en Papantla a una Asociación Política para que lograra su registro como Partido Político, así como también de un supuesto reporte del OPLE informando que Alicia González Cerecedo y Edgar Díaz Fuentes fueron dados de alta como miembros de la Asociación Política ‘Todos por Veracruz’, aunque ésta es una agrupación priista adherente. Por otro lado, tras difundirse el rumor, el diputado local y secretario de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Jorge Moreno Salinas, uno de los cuadros generacionalmente más cercanos a Yunes Landa afirmó que no se irá del PRI.
PERO DECÍAMOS que expulsar del PRI a un militante no es cosa fácil, y ahí están muchos, incluso, casos de ex Gobernadores emanados de ese partido que siguen adheridos al “tricolor” aun cuando enfrentan cuestionamientos severos en materia penal. Son infinidad de casos en que militantes han recurrido al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para buscar la protección de sus derechos partidistas ante sentencias de las comisiones de justicia estatal y nacional. Y es que si bien el PRI conoce de algún asunto considerado de “gravedad”, y recibe una solicitud para expulsar al militante señalado, la Comisión de Justicia estatal dará inicio al expediente respectivo para iniciar el proceso dando la oportunidad al inculpado de comparecer para defenderse, no se trata de echar a nadie violando su derecho de audiencia, ya que el asunto podría ser rebotado por el TEPJF. El expediente también es turnado a la instancia nacional, la cual dará, de igual manera, la opción de comparecencia al militante acusado, previa demanda de algún otro militante, y si la Comisión considera fundada la demanda se le suspenderán sus derechos partidarios en tanto concluyen las investigaciones y, de ser hallado culpable, procedería su expulsión. Ya expulsado, el partido notifica al INE de la baja del militante, quien puede acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y si este considera que se violaron sus derechos políticos y ciudadanos, se le reinstala. Y es que cabe señalar que la Comisión no persigue de oficio, sino previa solicitud.
EN FIN, Marlon Ramírez, que a decir verdad le quedó grande el cargo, tendrá que conformarse con difundir rumores, ya que el Comité Ejecutivo Nacional no tiene planes de expulsar a nadie, y menos ante procesos que se avecinan como la intermedia cuando se renovará medio Congreso de la Unión, dos gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales, más lo que se acumule, y en ese tenor, al porteño lo que más le conviene es convertirse en árbitro de futbol para que pueda hacer expulsiones a diestra y siniestra o tratar de lograr la unidad antes de que ésta, en un arranque de fuerza, se sume y pida su cabeza. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com