Salvador Muñoz / Le platico a Santiago, mi sobrhijo, de que días previos al arribo de los Reyes, tres estrellas generaban mi expectativa bajo la idea de que eran los Magos del Oriente los que se acercaban para cumplir el pacto que había entre ellos y yo: ellos me traen regalos; yo me porto bien…
Al tiempo, descubrí varias cosas relacionadas con Melchor, Gaspar y Baltazar:
1.- No importaba qué fuera lo que pidiera y estampara en una carta depositada en un zapato previo al seis de enero… me traían lo que se les pegaba la gana! El chasco más grande fue un kit para jugar béisbol: ¡guante, pelota y bate! ¡Ni que fuera el Peje! ¡No me gustaba ni gusta el béisbol!
Claro que han de ver visto mi frustración porque al año siguiente, llegó una poderosísima “bicla” Cancún, que durante muchos años fue parte de mis aventuras con la palomilla de la cuadra.
2.- Cierta ocasión, descubrí en una de las habitaciones de la Tía Queta que los Reyes Magos la ocupaban como bodega: un titipuchal de juguetes era lo que las Inocentes niñas de mis ojos veían aunque a estas alturas de mi vida pienso que lo sobredimensioné. No dije nada por temor a que si revelaba mi descubrimiento, me fueran a traer puro xalapeño los Reyes… aclaro que estoy seguro que los Magos se dieron cuenta, pues al año siguiente, ya no ocuparon esa habitación de la Tía Queta como bodega…
2.- ¡Ah! Y esas tres estrellas que desde diciembre me anunciaban el arribo de los Magos de Oriente y me obligaba a portarme bien, un día, en un libro, descubrí que era el Cinturón de Orión…
No obstante esto, le cuento a Santiago que no había noche más emocionante para un niño de mi generación, que la previa al seis de enero. Y no despertábamos corriendo al Pino de Navidad, sino que el despertar, en mi caso, era más mágico: ¡en la cama estaban los juguetes!
Escribir cartas a los Reyes debería mantenerse vigente en la ilusión de los adultos, y quizás ya no en petición de juguetes y sí de otras cosas propias de la edad… o circunstancia, como por ejemplo:
+ El Chapito Guzmán debería pedir a los Reyes que vuelvan al redil los diputados que se separaron de la bancada azul…
+ Roberto Ramos Alor quizás un chile que le embone a los reporteros…
+ Xóchitl Arbesú, un juego de envases de tupperware para cambiar botanas por fruta picada; eso sí, sin cargo a la secretaría de Turismo…
+ El alcalde Hipólito Rodríguez Herrero que es Catedrático, debería pedir materia… gris!
+ El Gobernador puede pedir embriones de gallina para armarse de valor y sacar a uno que otro que nomás no da el ancho en su gobierno…
+ Y quizás algunos priístas que ya empiezan a abandonar el barco tras varios años de vivir del partido, deberían de pedir… ¡un poquito de madre!
¡Felices reyes!