Por cierto, no se crea que Zenyazen se quedó llorando en un rincón el moche millonario que perdió por esa exclusividad; ya verá la manera de recuperarlo. La toma de escuelas, la compra de plazas, la corrupción en las delegaciones, el nepotismo y muchas otras prácticas siguen en la SEV de la Cuarta Transformación.
Para poder cubrir un poco esa pátina nausea que cubre la imagen del secretario, éste ya articuló a un grupo de pseudo periodistas que lo llaman arbitrariamente el “imparable”, el “mejor”, el “eficiente”. De manera desaforada estos periodistas del subsuelo prestan su servicio a un funcionario cuando el periodismo, no sabemos si estén enterados, es un bien social y se rinde a los ciudadanos. ¿Funcionará esa estrategia? Difícilmente, en primer lugar, porque uno no se puede pelear con la realidad, pues la realidad, tarde o temprano, se yergue victoriosa. Tampoco funcionará porque los corifeos que ha puesto a sueldo no tienen la menor relevancia y muchos menos credibilidad.