El nuevo modelo educativo que impulsa la 4T, deberá vencer y arrancar de raíz los vicios que durante muchos años pervirtieron los secretarios seccionales del SNTE. Desde venta de plazas, cambios de adscripción, promociones e ingresos a carrera magisterial, todo tenía un precio. Desde cargar el portafolio del jefe, hasta entregar algo más que la dignidad, era moneda de cambio si así lo deseaba el líder en turno.
No importaba el perfil, ni la antigüedad, lo que realmente pesaba era la cantidad que se ofrecía, así que muchos allegados al sindicato, tenían asegurada su plaza. Era común ver como cambiaban a maestros que apenas acababan a entrar al sistema, y a los seis meses un día, los acercaban a la ciudad. Mientras había otros que levaban más de 10 años en comunidades apartadas y a ellos no los cambiaban.
Ahora con la Ley General del Sistema para la Carrera de las maestras y los maestros, se espera que esos vicios se acaben, aunque aún hay indicios de que varios líderes sindicales coludidos con secretarios de educación corruptos, por debajo del agua, siguen haciendo de las suyas.
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