«Nunca los dejaba solos siempre me gustaba que me acompañaran para que ellos se fueran haciendo responsables y fueran conociendo lo que es trabajar», señala la madre. Ese trágico día mientras sus hijos dormían, otros niños jugaban con “cebollitas” en la calle y una de ellas cayó en el departamento, lo que originó fuego en los muebles y otros objetos. En cuestión de minutos toda la casa estaba envuelta en llamas. «Por una cebollita, mis hijos perdieron la vida», se lamentaba Teresa.
Personal de rescate hizo todo lo posible para rescatarlos, pero por desgracia, no pudieron sacar a los niños con vida. María José y Misaelito nunca jugaron con cohetes, por el peligro que representan, sin embargo, uno de estos cohetes conocidos como “cebollitas”, de los que son considerados erróneamente como inofensivos, les arrebató la vida en cuestión de segundos. Este caso nos hace reflexionar sobre qué es lo que se les da a nuestros hijos. El caso es lamentable, pues murieron dos niños por descuido de otros menores a quienes sus padres se les hace fácil comprarles juegos pirotécnicos sin tomar en cuenta el peligro que representan.