Pues este malandro, vestido de funcionario público, íntimo de la fiscal espuria Verónica Hernández Giadáns, es acusado por varios jueces de haberles pedido entre 20 y 30 mil pesos por darles su cambio de adscripción. Ha trascendido que es un grupo de 30 jueces los que se pararon en la oficina de la espuria para reclamarle este acto de corrupción de su íntimo colaborador. Por supuesto, la espuria fiscal se ha quedado muda, pues hasta el momento no ha dicho nada, y cómo va a decir algo, si cualquier cosa que diga la compromete.
Manuel Fernández Olivares siempre estuvo presente en las reuniones de Seguridad con el gobernador y el secretario de Gobierno, y aunque se advirtió de que este sujeto alguna vez trabajó para los malosos, dejaron que escuchara las “estrategias” del gobierno en cuanto a Seguridad. Pero ahora, con este reclamo que hacen los jueces, o lo quitan o dejan que el señor los siga embarrando en su porquería.