Francisco Vargas / La reciente designación de la Magistrada Sofía Martínez como Presidenta del Poder Judicial pone el último clavo en el ataúd de la autonomía en Veracruz, ya que era sólo cuestión de tiempo para que el Gobernador Cuitláhuac García por fin controlara los tres poderes del estado. De manera arbitraria, pero diplomática [como siempre], se impuso por primera vez en la historia a una mujer al frente del Poder Judicial, dejando [al igual que como en la imposición en la FGE] una serie de diferencias y descontentos dentro de esta institución, dado que tanto muchos magistrados de las diferentes salas, así como prestigiadas y reconocidas barras y bufetes de abogados del estado, reclamaron la violación de procedimientos legales, así como un evidente “dedazo” en la elección de la actual Presidenta, comenzando por su reciente nombramiento de mes y medio como Magistrada, así como su cercanía con MORENA y el propio Gobernador.
Nombramientos como los de Delia González como titular del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), el de Mercedes Santoyo al frente a la Contraloría General del Estado y sin duda, el más grave de todos, que fue el de Verónica Hernández al frente de la FGE, los cuales además de inconstitucionales, son una clara muestra de su desprecio por las instituciones. El Gobierno de Veracruz, al igual que el Federal, se adueña poco a poco de los órganos autónomos, obteniendo un completo control del poder político en la entidad, lo cual los deja ahora apuntando tanto al IVAI como al OPLE, el cual estoy seguro los tienen en la mira, y no pasará mucho tiempo para que estén bajo sus órdenes.
El efecto “AMLO” dejo a más de uno sorprendido en Veracruz, derrotando en las elecciones del año pasado a la tradicional clase política del estado, tanto el PRI, como al PAN, o como los identifican la mayoría de los jarochos en el estado; el “yunismo” y el “fidelismo”, los cuales no esperaban una derrota tan abrumadora por parte de un pequeño grupo compacto, liderado por [lo que para ellos era], un insignificante ingeniero mecánico que comenzaba a emprender su carrera política, y el cual con el apoyo del “obradorismo”, aplastó a las figuras partidistas más poderosas de Veracruz, borrando por completo los proyectos políticos de un joven gobierno “yunista”, y comprobando que el exceso de confianza en las campañas electorales no es, ni será jamás un buen aliado. Así mismo, añadiendo a la sorpresa de muchos, nadie esperaba que un nuevo régimen, rodeado en su gran mayoría por políticos inexpertos, podría lograr cambios tan trascendentales [en deterioro de la población, desde luego] a tan solo un año de asumir el poder.
Ya que si bien es cierto, el muy joven e incapaz Cuitláhuac García, el cual apenas empezaba a inmiscuirse en el ámbito legislativo como Diputado Federal, no cuenta con la experiencia en administración pública, ni tampoco con el “colmillo” político para enfrentar los grandes problemas del estado, sin embargo, con lo que sí cuenta, es con consejeros de la talla de la Senadora Gloria Sánchez, el Ex Senador, Ricardo Ahued, o el de su propio padre, el ex diputado local Atanasio García Durán, políticos experimentados en la materia, los cuales parecen han sabido guiar muy bien a la “4T” en la entidad, imponiendo un nuevo y autoritario régimen disfrazado de democracia en Veracruz.
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