Para la cultura machista de este país, Zapata es un símbolo de hombría, un símbolo de virilidad, con ese gesto de hombre recio, ese bigote y sobrero que lo convirtieron en una figura icónica. Lo que algunas personas que pegan el grito al cielo ignoran es que sobre Zapata pesan varios mitos y se cuentan historias no necesariamente sobre su masculinidad.
Una de las soldaderas que vivió muchos años después de la muerte del caudillo, y que lo conoció personalmente comentó en entrevista: «Zapata era tan hombre, pero tan hombre que se acostaba con otros hombres». Y ya no se diga el trato que tuvo Zapata con el yerno de Porfirio Díaz, quien estuvo implicado en “El baile de los 41”; una redada en contra de una cofradía homosexual de la época. La verdad, en lugar de estar haciendo escándalo, mejor deberíamos de ponernos a estudiar historia.