El relato de cómo encontraron a Yeshua Molina, el niño que unos sujetos se llevaron del lugar donde estaba jugando, es conmovedor. El periódico Notiver lo anota de esta manera: «Íbamos a Matacocuite y a la entrada de los campos vimos que había un niño que estaba llorando, entonces nos paramos como estaba todo sólido pensamos ¿Qué hace un niño ahí? Nos orillamos y adelante también se paró otra señora, se bajó mi compañero y rápido fue a ver al niño. Ya yo me bajé apagué la unidad, me bajé y nos dimos cuenta que era el niño que había salido en el Feis».
Francisco reconoció a Yeshua porque en la mañana, en su muro de Facebook había compartido la foto y la alerta de búsqueda. Él es padre de dos hijos y cuando escuchó que un niño lloraba se detuvo a indagar: «Uno tiene corazón y tiene hijos y escuchamos el llanto nos orillamos a ver qué pasaba, y aunque hubiera pasado otra cosa ya no estaba en nosotros». Francisco y Bernabé comentan que llamaron al 911, entonces llegaron las autoridades, les hicieron algunas preguntas, se llevaron al niño y ni las gracias les dieron.
Más tarde se dieron cuenta de cómo el gobernador, la fiscal espuria y el secretario de Seguridad Pública les quisieron robar el mérito, anunciando que, gracias a sus fallidos operativos, Yeshua había sido rescatado. A estas alturas, tanto Francisco como Bernabé deberían agradecer que los policías no los hubieran madreado y obligado a confesar que ellos se habían robado al niño.
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