Ya declaró Karen ante el ministerio público, confesó haber estado en un bar de Coapa y no en peligro con un taxista; dice estar arrepentida

Karen Espíndola FOTO: WEB

¿Qué pasa si un chamaco llama por teléfono a la estación de bomberos y reporta un incendio falso? Seguramente una unidad de bomberos se dirigirá hacia le dirección falsa para darse cuenta de que todo fue una broma. Seguramente los bomberos, al ver que no hay incendio, se morirían de la risa, festejarían la broma y esperarían que más jóvenes como él tengan el mismo sentido del humor.

Ante este ejemplo sarcástico, uno se pregunta, ¿cómo es que hay imbéciles que festejan las mentiras de Karen, la joven presuntamente desaparecida, diciendo que ella tiene derecho a hacer lo que quiera. Por cierto, Karen, quien se pasó toda la tarde y parte de la madrugada en un bar de Coapa, mientras sus familiares y todo México la buscaba, ya confesó. Karen dijo que mandó ese preocupante mensaje de WhatsApp a su madre y que después apagó el celular.

También confesó que después del bar durmió cerca de la caseta de peaje México-Cuernavaca. El taxista que la mañana del miércoles la recogió señala que Karen no se veía preocupada o angustiada. Karen le hizo la parada y pidió la llevaran a su casa donde se enteró de todo lo que había ocasionado. Finalmente, Karen dijo estar arrepentida por su actuar.

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