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Apoyo a empresas

Sergio González Levet / Es una leyenda urbana de Veracruz que a fines de los años 50 del siglo pasado el gobernador Fernando López Arias no quiso dar ningún apoyo de su Gobierno a la empresa Volkswagen, que pensaba instalar una enorme armadora en nuestro país.

Antonio Nava Castillo, que era el mandatario del vecino estado de Puebla, se puso listo y ofreció a los alemanes lo que le pidieron. De esa manera, la ciudad de Puebla ha contado con una fuente de empleo segura y limpia desde hace más de medio siglo. La VW ha sido un elemento notable para el desarrollo económico de los poblanos, y pudo haberlo sido de los veracruzanos, si López Arias hubiera tenido un poco más de miras hacia el futuro.

Bueno, pues Ernesto Pérez Astorga -nuestro flamante Senador, que entró al relevo de don Ricardo Ahued Bardahuil cuando éste pidió licencia para encabezar la Dirección General de Aduanas- está llamando la atención a la administración tan des-administrada de Cuitláhuac García Jiménez, para que se ofrezcan facilidades a los inversionistas que quieran venir a arriesgar sus capitales productivos a nuestra tierra.

Pérez Astorga, que hizo un buen papel en los meses que estuvo al frente de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario veracruzana, pone énfasis en el error que se cometería si se lleva adelante el proyecto de imponer un impuesto especial ecológico a las empresas que afecten el medio ambiente de cualquier forma.

Dice el senador Ernesto, y le sabe al tema, que lo urgente es dar facilidades a los empresarios para que creen los empleos que urgen a los veracruzanos, inmersos en uno de los índices de desempleo más graves de la historia, aunque el Gobernador y sus secretarios quieran convencernos de lo contrario con sus discursos tan triunfalistas como alejados de la realidad, de la verdad (“No mentir…”).

A los expertos de la Secretaría de Finanzas y Planeación se les ocurrió crear esa nueva imposición fiscal como un medio de allegarle más recursos a la hacienda estatal, tan urgida de dineros frescos y adicionales. Sin embargo, se les pasó preguntar a su vez a los expertos en el tema del desarrollo económico del estado -como el propio Ernesto Pérez Astorga, hijo además de un hombre de bien y empresario excelente, don Ernesto Pérez Villarreal, a quienes muchos recordamos con afecto- antes de dar a conocer su idea, que le encantó a los funcionarios de Palacio de Gobierno, incluidos el dos y el uno, en ese orden, porque ¿quién no verá siempre bien cualquier programa o proyecto o acción que inyecte dineros adicionales al presupuesto público, exiguo de por sí.

Pero no, el senador veracruzano dice con certeza que si queremos que mejoren las cosas económicas, hay que invertirle recursos y echarle imaginación a la problemática, porque con quejas y pretextos nunca vamos a salir del bache, y menos imponiendo nuevos impuestos.

Por cierto, ¿qué no el candidato a Gobernador prometía que si llegaba al poder bajarían las tasas impositivas?

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