El asesinato de Abril Pérez Sagaón ha conmovido a toda una nación, ha llenado de tristeza a muchas personas y de miedo a otras. Con su ejecución, queda claro que atrás de cualquier delito cometido ante las autoridades o jueces, lo que te puede salvar es el dinero o las influencias. Ana Cecilia, la hija de Abril, mandó un tuit con una serie de fotografías donde se ve a su madre Abril ensangrentada justo después de haber recibido una agresión por parte de su padre el 4 de enero del año en curso. En esas imágenes señala Ana a su padre de intento matarla con un bate de béisbol, golpeándola en la cabeza y degollarla con un cúter.
En el mensaje que hiciera público Ana Cecilia en su cuenta de Twitter, dijo lo siguiente: «Imagínense despertarse en la madrugada por los gritos de tu madre que grita por su vida. Imagínense levantarse a ver la hermosa cara de tu madre ensangrentada gracias al criminal que una vez llamaste ‘papá´… Imagínense sentir el dolor y la desesperación que yo como otras miles de mujeres sienten día a día por este tipo de violencia, imagínense saber que el criminal sigue suelto y probablemente seguirá así hasta que se le acabe el dinero. Imagínense saber que en este país gobierna el que tiene dinero y no la justicia».
La familia Pérez Sagaón se dio cuenta de la peor manera posible que los tiempos de la justicia y los fallos de los jueces marcan la diferencia. «Cuando una mujer es violentada o amenazada, reflexiona Javier, el hecho de que un juez emita un fallo y la víctima busque revertirlo en una segunda instancia legal, el tiempo entre la primera solicitud y la segunda es suficiente para que una mujer viva o muera».
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