Nada lo pudo impedir, Éric Cisneros impuso a otra empleada en el Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, a Sofía Martínez Huerta, una magistrada recién nombrada, una magistrada sin experiencia, una magistrada que sólo obedecerá, como Verónica Hernández Giadáns en la Fiscalía, al secretario de Gobierno. ¿Y cómo consiguieron eso? Pues porque muchos magistrados que se prestaron a la elección simulada le pusieron precio a su consciencia.
Sofía Martínez Huerta tiene apenas un mes y medio como magistrada. Ella llegó junto con la camada de 13 magistrados recomendados por Cuitláhuac García. Resulta inaudito que una mujer con sólo 51 días de magistrada pueda ser nombrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz. Harán bien los magistrados con muchos años de experiencia en rebelarse ante esta imposición.
Al parecer la única con dignidad fue la magistrada Yolanda Castañeda quien le espetó en su cara a la espuria presidenta: «Aquí veo que pesa más la recomendación, que la historia jurídica, la honradez. Veracruz siempre será dominado por el dedazo, aquí no importa la capacidad, usted pasó de panzazo», y ni el saludo le dio. Por cierto, ¿para qué tanto poder, si no lo usan para beneficio de los veracruzanos?
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