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Crimen de Estado

Bernardo Gutiérrez Parra / Tras la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el Presidente Enrique Peña Nieto se tardó la eternidad de dos semanas en dar su opinión sobre la tragedia. Pero ya para entonces el pleito entre dos pandillas de delincuentes que llevó a la desaparición de los muchachos, se había convertido en un crimen de Estado.

Y crimen de Estado ha sido desde entonces a pesar de que la Procuraduría General de la República realizó una de las más minuciosas investigaciones que se han hecho en la historia judicial de este país.

Grupos de activistas fueron los primeros en utilizar las tres palabras: crimen de Estado. Y así se quedó a pesar de que la investigación demostró que los jóvenes fueron detenidos por policías municipales de Iguala, que los entregaron a un grupo criminal que los asesinó y cremó en el basurero de Cocula.

Crimen de Estado es la frase que han repetido incontables ocasiones las ONGs, estudiantes, maestros, periodistas, gente de la calle como tu y yo lector, Vidulfo Rosales abogado de los padres de los normalistas, los mismos padres de los normalistas y el subsecretario de Gobierno, Alejandro Encinas, que es titular de la Comisión de la Verdad que busca dar con su paradero.

Crimen de Estado dijeron sin excepción todos los seguidores de Andrés Manuel López Obrador y el propio López Obrador cuando anduvo en campaña.

¿Y qué pasó?

Pues que siempre no fue crimen de Estado, según dijo el mismísimo Presidente.

Este fin de semana en Guerrero AMLO manifestó: “Cuando son crímenes de Estado es muy difícil saber, pero en el caso de los jóvenes de Ayotzinapa no se puede hablar de crímenes de Estado, porque ahora el representante del Estado mexicano, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, el Presidente de la República, el que les habla no va a permitir ninguna injusticia y ningún acto autoritario”.

¿Y ora?

Pues vino la confusión y los sofocones entre los seguidores del tabasqueño que por años han sostenido ese argumento.

Para tranquilizar a la raza, Alejandro Encinas le corrigió la plana a su jefe y aseguró que aquello sí fue un crimen de Estado y lo que el Presidente quiso decir es que antes esos crímenes no se aclaraban y ahora sí.

Ah bueno.

Sin duda hoy martes en su conferencia mañanera López Obrador dirá que los periodistas sacaron de contexto sus palabras y que lo de Ayotzinapa sí fue un crimen de Estado con lo que comenzará a hundirse sin darse cuenta.

Quienes conocen a fondo el asunto aseguran que la Comisión de la Verdad no encontrará nada nuevo sobre el caso, con lo que AMLO habrá mentido y desilusionado a los padres de esos muchachos que tienen puestas sus esperanzas en él.

En concreto ¿fue o no fue un crimen de Estado la desaparición de los 43 de Ayotzinapa? No lo fue. Hasta el día de hoy no hay evidencias que hagan suponer siquiera que Enrique Peña Nieto o el Ejercito ordenaron tamaña barbaridad. Pero…

“Si por congraciarse con su jefe Alejandro Encinas embarra al Ejército, aparte de que va a enredar más el caso creará una crisis de gabinete muy grave que repercutirá en todo el país”, me dijo un analista político.

Lo que sí es seguro es que Ayotzinapa puede convertirse en algo más que un dolor de cabeza para Andrés Manuel que compró un pleito que no era suyo, con tal de obtener unos votos (los de los padres de los jóvenes) que nunca necesitó porque, como bien sabes lector, ganó de calle la elección del 2018.

Carlos Aceves ¿la carta fuerte del PRI?

El Secretario Técnico del Consejo Político Estatal del PRI, Carlos Aceves Amezcua, sostuvo en días pasados dos conferencias magistrales ante decenas de jóvenes universitarios. La primera fue en la Universidad del Golfo de México campus Xalapa, titulada “Construcción de la Agenda Pública”. Y su segunda conferencia fue en el Colegio de Veracruz, sobre “Políticas Públicas Municipales”. En esta ponencia propuso esquemas de políticas públicas aparejadas a la agenda 2030 de los países adheridos a la ONU, a fin de no trabajar con ocurrencias y sí con proyectos a mediano y largo plazo.

Aceves Amezcua se ha dedicado, junto con la plana mayor del PRI encabezada por el líder estatal Marlon Ramírez y la secretaria general Arianna Ángeles Aguirre, a recomponer las estructuras del tricolor a fin de relanzarlo con fuerza en el 2021.

Aunque aún es temprano para que arranquen las campañas municipales, a la alcaldía de Xalapa le coquetean al menos diez aspirantes de diversos partidos y conforme pasen los meses se sumarán más. Por lo anterior lector, no pierdas de vista a este joven político que ya fue diputado local y director del COBAEV; puede ser la carta fuerte del PRI para la capital del estado.

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