Ahora el secretario de Finanzas reconoce que esa promesa, el gobernador no la habrá de cumplir; no porque pondría en riesgo las finanzas del estado. De la misma forma el gobernador hizo otras promesas, acabar con la inseguridad, primero al corto y luego al mediano plazo. Eso tampoco lo conseguirá porque no depende de él, y aunque dependiera de él, su incapacidad y la de su secretario de Seguridad Publica han evidenciado que con el paquete no pueden.
Ahora, el gobernador promete un “Tren Ligero”, porque si el presidente de México promete un “Tren Maya”, porque él, que se siente un clon (deficiente) de López Obrador, no iba a prometer su propio tren. Pero esa es otra de las promesas que penden de un hilo, del hilo de las circunstancias, del de su incapacidad o de su palabra. Y ya muchos de sus colaboradores han corroborado que Cuitláhuac García no tiene palabra.