Mientras Veracruz tenga un pasado reciente, la culpa de los que pase en el presente, siempre la tendrá el pasado; ¡vaya actitud pueril! De entrada, es lamentable, sobre todo si tomamos en cuenta que el estado de Veracruz está viviendo días poco ordinarios.
En el sur de Veracruz, a pesar de la llegada de la Guardia Nacional, los delitos de alto impacto no cesan. Las masacres que se han llevado a cabo no tienen solución, por lo que los crímenes del bar Caballo Blanco, donde murieron hombres, mujeres y niños, permanecen impunes. De modo que es una falacia señalar que ya no hay impunidad, pues él mismo no controla el ejercicio de la justicia. Días oscuros vive Veracruz, con un gobernador que no responde a la realidad.