Adela, la mujer de 60 años fue captada triste en una escalera junto a sus servilletas. Es originaria de Turícuaro, y lleva sus artesanías a Uruapan y San Juan Nuevo Parangaricutiro para lograr vender lo suficiente para sobrevivir. El mercado de los artesanos suele ser desplazado por los productos industriales e importados, que además de que se encuentran en cualquier comercio y grandes plazas, cuentan con mayor publicidad y elementos visuales como empaques o etiquetas.
Un artesano que continúa con la labor artesanal, continúa también con la tradición que sus padres o familiares le legaron. Por lo que no lograr vender los productos que ha hecho su familia, causa una profunda tristeza en Adela, como en muchos otros artesanos. ¿Podemos hacer algo para cambiar la situación de las muchas “Adelas” que hay en México? La respuesta es sí. Entonces hagámoslo.