Ícono del sitio Libertad Bajo Palabra

De creaciones y arte

Édgar Landa Hernández / Los dedos vuelan, la mirada calla y los sonidos observan. Las aves infatigables dan su rondín, justo antes de que se ponga el sol, ante el suplicio del viento y de los recuerdos que pronto llegan.

Y mientras proseguimos viajando con mi familia en la población de Tantoyuca, ver, observo a lo lejos, cerca de la avenida, un pequeño lugar donde sentado y con un formón en su mano; el artista, el ebanista da vida a cada una de sus obras.

Me asombro y detengo la marcha, mi sobrina  Fer, me acompaña y emprendemos la visita sorpresa. Ella me cuenta que conoce al sujeto en cuestión, es su maestro en la escuela secundaria núm. 65.

Caminamos unos pasos y llegamos frente al profesor que nos recibe con calidez. Mi asombro es tal que una oleada de preguntas no dejan respirar al escultor. Me presento, lo saludo e inicia una breve pero simpática entrevista.

Su nombre es Gerardo Alberto Román guerrero y es oriundo de Cd. Victoria Tamaulipas y por azares del destino llegó  a Tantoyuca. Donde se desempeña como Maestro de carpintería.

A decir de él desde niño ha sido muy observador de los rasgos físicos así como muy bueno para dibujar, y todo esa destreza la utiliza para elaborar las máscaras que usarán los danzantes en las fiestas de Xantolo, las fiestas de días de muertos.

Tomo una máscara y la miro fijamente, sus características antropométricas son exactas, es como si el rostro hubiese quedado en la madera de equimite, que por cierto es el árbol propicio para darle forma y vida a sus obras. Es tal la blandura de la madera que el artista corta, delinea, y explora cada detalle, los trazos son inigualables hasta darle el toque exacto.

Entre sus herramientas utiliza un aparato llamado dreamel, que no es más que un pequeño taladrito con una fresadora en la punta. Se sienta, toma la madera en sus manos, suspira, mira, voltea la figura, vuelve a sonreír y entonces en cada movimiento va dejando parte de si en cada escultura. Nos comenta que cada máscara  la elabora en alrededor de 8 a diez días, y por cada una de ellas recibe la cantidad de $2500.00. En esta ocasión tenía ya casi listas más de 20 mascarás  a punto de finalizar. Cerca de las 11:00 pm. Nos despedimos e intercambiamos números telefónicos por lo que se pueda ofrecer posteriormente.

Salimos de ahí con una sonrisa, y con un breve pensamiento que comparto:

Dios le da a cada uno de sus hijos un talento que siendo aprovechado de buena manera, podemos hacer de él, nuestra mayor pasión con amor,

Salir de la versión móvil