El mensaje, enviado por un supuesto sicario, alertaba al Cártel que dirigía el Chapo sobre la llegada de agentes de la Administración para el control de Drogas (DEA). Los audios se volvieron virales entre burreros, pistoleros y narcos del grupo criminal en Culiacán. A pesar de lo anterior, esa información nunca llegó a medios locales ni nacionales.
Durante el mes de julio, trascendió que, en algunos de los hoteles más prestigiosos de Culiacán, se encontraban dos vehículos estacionados de manera permanente, lo cual confirmó a los jefes del Cártel de Sinaloa lo que hasta ese momento sólo era una sospecha. Se trataba de la visita de autoridades norteamericanas, que tenía la finalidad de investigar la producción de fentanilo, una droga sintética que según reportes se encontraba produciendo el Cártel de Sinaloa, pues dos meses antes, el gobierno de Sinaloa había desmantelado un laboratorio de dicha droga al sur de Culiacán.