Es cierto lo que dicen los empleados del Colegio de Bachilleres de Veracruz, que Alejandro de la Cruz Garnica «se levanta pensando cómo joder a los trabajadores». Una de las últimas ocurrencias que el director administrativo del Cobaev inventó fue enviar una circular en la que ordena a los oficiales de vigilancia de esta institución, gente por cierto contratada de manera externa, para que no dejen que nadie se separe de sus labores a menos sin autorización del titular del centro de trabajo.
Es decir, los vigilantes, que no son empleados del Cobaev y que por lo mismo no pueden dar órdenes a los empleados y mucho menos impedirles la salida, han sido habilitados como carceleros. En una carta dirigida al presidente López Obrador y al gobernador de Veracruz, los empleados del Cobaev también tocan este tema:
«El colmo es su última circular emitida a los jefes de departamento donde les ordena seguir acosando al personal a su cargo prohibiendo la salida de su centro de trabajo, sin previa autorización de los vigilantes o policías que hay en cada edificio de las oficinas centrales, sin ser estos trabajadores adscritos al COBAEV, provocando un conflicto de intereses y poniendo en riesgo el certificado del Sistema de Gestión de la Calidad ISO 9001-2015, al no existir un buen ambiente laboral». ¿Nadie le va a poner un alto a este funcionario fascista?
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