Sergio González Levet / El 29 de julio, apenas a 20 días de haber sido nombrado en el cargo, el flamante Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, anunció que Gabriel Yorio González ascendería de Jefe de la Unidad de Crédito Público a Subsecretario de Hacienda.
El anuncio no fue sorpresa porque Yorio tiene una larga historia de servicio en los proyectos y los puestos de Andrés Manuel López Obrador, y su currículum aúna una excelente preparación y una larga experiencia en el ámbito de las finanzas.
Posee sendas maestrías en Economía y en Gestión de Políticas Públicas, la primera por El Colegio de México y la segunda por la Georgetown McCourt School of Public Policy, establecida en Washington.
Trabajó al lado de Arturo Herrera en Banobras, en el Banco Mundial y en Hacienda.
Y, mire usted bien, fue Director de Deuda Pública (2004-2007), Director de Fondos, Operaciones y Custodia de Valores (2002-2004) y Subdirector de Operaciones Financieras (2001- 2002), en la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México, cuando AMLO estuvo al frente.
No por nada, el titular de Hacienda, su jefe y amigo, dijo de él al nombrarlo que “Gabriel ha sido una pieza central en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y eso nos lleva al anuncio de que a partir del próximo miércoles vamos a nombrarlo como nuevo subsecretario del ramo”.
Ajá, “pieza central en la SHCP”, lo que revela reconocimiento y afecto entre el jefe y el colaborador.
Así, desde el 31 de julio pasado, el maestro Yorio González es el segundo hombre en la Secretaría más poderosa de la administración federal.
Y bueno, lo que importa para estas tierras es que don Gabriel nació en Veracruz, en Papantla (su apellido lo delata), y a querer o no se encarta en la lista de los posibles sucesores de Cuitláhuac al finalizar su sexenio, si llega hasta esa fecha.
Ya hubo un Subsecretario de Hacienda que alcanzó a ser Gobernador de Veracruz, Agustín Acosta Lagunes, así que el brinco de un puesto a otro no parece forzado ni imposible. Y don Agus le puso empeño a lo que mejor sabía hacer, de modo que las finanzas estatales en su sexenio terminaron sanas y rebosantes, después de los avatares administrativos del gobernador Rafael Hernández Ochoa. Gabriel Yorio podría ser un elemento esencial para rescatar la economía pública veracruzana, porque le sabe al tema como pocos.
Ah, Gabriel es sobrino cercano en la sangre y los afectos del ex alcalde papanteco Domingo Yorio Saqui, un político honorable, discreto e inteligente, así que los buenos genes del tío son un aval para su desempeño y su capacidad.
Por si las dudas (aunque él no manifiesta ninguna otra voluntad que la de trabajar en su delicado encargo actual), no hay que perderlo de vista.
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