Presidentes van y presidentes vienen y el señor ha sido inamovible. Desde la campaña de Francisco Labastida en el año 2000 se supo de miles de millones de pesos del sindicato desviados a la campaña del priista que ni así ganó. Pero Romero Deschamps negoció bien con Fox, con Calderón y por supuesto con Enrique Peña Nieto.
En la pasada campaña presidencial se supo que miles de millones de pesos volvieron a circular para la campaña de José Antonio Meade, quien perdió la elección. Hoy el presidente López Obrador se las piensa cobrar todas, y ya está moviendo los hilos para sacarlo del sindicato, para congelar sus cuentas y para ponerlo en la sombra por unos cuantos años.