Si va usted por las tortillas, peligra, si va usted de compras también; ya ni se diga salir de antro, porque seguro lo levantan. Esa es la situación que se vive en Veracruz, la violencia e inseguridad ya se ha hecho familiar para los veracruzanos. Padres de familia han perdido la vida afuera de sus propias casas, maestros han sido levantados y sacados de sus propios centros de trabajo.
Ciudades como Coatzacoalcos han sufrido una ola de violencia en inseguridad que ha obligado a muchos comerciantes a cerrar sus negocios, la economía local sufre un estancamiento por la misma situación. Ni la propia capital de Xalapa se escapa de este ambiente violento, apenas el día de ayer dos personas fueron asesinadas a balazos en la céntrica Colonia Modelo, a unas cuantas cuadras de la Casa de Gobierno.
La presencia de la Guardia Nacional ha sido casi desapercibida, sus retenes no han funcionado, los malandros se han organizado y hacen de las suyas en las propias narices de los cuerpos de seguridad encargados de proteger a los veracruzanos.
En algunas colonias de la capital y en varios municipios los pobladores están tomando cartas en el asunto, se están organizando para proteger a los suyos. Pegan mantas con advertencias contra los maleantes y forman grupos de WhatsApp para advertir cualquier movimiento extraño. Desafortunadamente, el Ejecutivo estatal y sus entes encargadas de proteger al pueblo brillan por su ineficacia y ausencia en Veracruz.
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