Ciudad de México. En México hay 2 millones de personas desempleadas, según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en 2018. En esta misma encuesta se presume que los índices de desempleo andan en un 3,7 por ciento. No se explica uno como es posible que, en Canadá, país que junto con Estado Unidos forma parte del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), presume una taza de desempleo del 5,7 por ciento, pero al mismo tiempo advierte que existen 429 mil puestos de trabajo en el sector privado.
Especialistas en el tema como Simon Gaudreault, director de investigación de la Federación Canadiense de Negocios Independientes, economista en jefe de la Conference Board, señalan que “hay crecimiento económico y también cambios demográficos. Vemos restaurantes que ya no sirven desayunos por falta de personal y camiones de carga parados durante días. Según nuestro informe del segundo trimestre de 2019, hay 429.300 puestos vacantes en el sector privado. Son puestos que están libres desde al menos cuatro meses”. Esta circunstancia laboral obliga a muchos especialistas a pensar en exportar trabajadores inmigrantes para cubrir las plazas necesarias. El mismo Simon Gaudreault explica: “No existe una solución al problema. Necesitamos invertir en formación, incentivar que más trabajadores con experiencia vuelvan al mercado laboral, contratar a más inmigrantes reduciendo las trabas burocráticas. También las compañías deben mejorar los procesos de selección”. Vale señalar que, en la actualidad, la Autorización Electrónica de Viaje (ETA), la visa canadiense para mexicanos, se puede adquirir más fácilmente.
Todo este análisis se da de cara a las próximas elecciones que se llevarán a cabo el próximo 21 de octubre, en donde los canadienses acudirán a las urnas para reelegir o no el gobierno del primer ministro Justin Trudeau. Si bien la economía parece marchar bien, algunos desequilibrios económicos podrían meter en problemas la reelección de los liberales. Por ejemplo, Trudeau no logró equilibrar el presupuesto del 2019. Los argumentos de los conservadores son que, si bien la economía crece, lo está haciendo a ritmos menores de lo prometido. En 2017 el PIB avanzó un 3%, en 2018 lo hizo al 1,9% y este año lo hará al citado 1,6%. Todo esto se refleja en la economía de los canadienses, quienes tampoco han visto aumento en su ingreso salarial.
Todos estos serán factores de peso a la hora de votar el 21 de octubre, una prueba de fuego para el primer ministro Trudeau, quien, según las encuestas se encuentra arriba de las preferencias, pero no tan arriba como él lo hubiese deseado.