Con todo y que los hijos mayores de José José se oponían a que éste fuera cremado, se cumplió la voluntad de la viuda y de la hija menor, la muy odiada Sarita Sosa; José José fue cremado y sus cenizas repartidas. La viuda y la hija se quedaron con su medio kilo y el otro medio kilo permitieron que llegara a México para el homenaje que se le tiene preparado al “Príncipe de la Canción”.
Pero con medio kilo o con el kilo completo, lo importante es lo que está sintiendo la gente, que sale a las calles para ver la carroza fúnebre en donde se trasladan las cenizas del cantante. A su paso por las calles y las avenidas de la Ciudad de México las personas salen y cantan las canciones de José José.
Nada que ver con el pinchurriento homenaje que le hicieran en Miami, donde se quedaron asientos vacíos, donde gente ajena al cantante estuvo en el escenario, puro amigo de Sarita Sosa, quien todavía espera hacer su carrera de cantante cuando ya se sabe que en México nadie va a comprar un disco de esa codiciosa mujer. Llegará a Bellas Artes José José, donde la gente podrá pasar a rendir homenaje a los restos que permitieron trasladar. La hija menor y la viuda se quedaron en Miami, saben que en México nadie les va a dirigir siquiera el saludo.
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