Lillian Parks admitió que suministró a su nieto, Joel Parks de 30 años de edad, una sobredosis intencional de drogas para acabar con su vida, mientras que la hermana de la víctima encontró el cadáver Joel en el departamento de su abuela. El fallecido sufría problemas mentales que requerían supervisión y cuidados constantes, así que entre semana residía en una institución y los fines de semana se quedaba con su abuela.
La investigación trata de determinar la sustancia que la autora del crimen empleó para acabar con la vida de su familiar. El capitán de la policía local, Brian Thiers, asegura que Lillian Parks quedará bajo custodia hasta terminar con su evaluación médica.