Las cuentas alegres del gobernador de Veracruz son un cuadro pintado en color de rosa. Aunque la realidad lo contradiga, la semana pasada asesinaron a siete mujeres en el estado de Veracruz, él asegura que los delitos han disminuido. Con su manera irresponsable de decir las cosas, Cuitláhuac García acusó: «Sospechamos que había un cobro para moche, donde los delincuentes aportaban una cantidad de dinero para que su carpeta se quedara guardada, ese es el problema…». Claro, sólo sospecha, porque como en el caso de “La Loca”, no tiene elementos para sostener sus dichos.
Todavía más, temerario como sólo un ignorante puede serlo, se atrevió a amenazar indiscriminadamente a los jueces del sur de Veracruz: «Lo digo con todo respeto para esa parte judicial, como yo lo había dicho, no me voy aguantar: juez que libere a un responsable de manera muy superficial, lo vamos a exhibir públicamente. Este es un mensaje para el juez aquí en el sur, federal, muy claro». Pero su discurso tuvo también esa parte cómica que ya es característica de su persona.
Cuando se refirió al tema del robo de autos dijo muy orgulloso: «Estamos recuperando más vehículos de los que se roban». ¿Cómo es posible eso? ¿Así de chingones son? ¿Acaso ya descubrieron el misterio de la multiplicación de los panes y lo aplican a los coches robados?
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