El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, presumió en sus redes sociales que en la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz los ahí presentes leyeron, como si fuera el rosario, la Cartilla Moral de Alfonso Reyes. No creemos que los presentes la hayan leído toda, pero si debieron haber llegado al primer apartado sobre la Moral y el Bien. En uno de los primeros párrafos reza el texto: “El bien es una cuestión de amor y de respeto. Es amor y respeto a lo que es bueno para todos y aversión a lo perjudicial”.
En otra parte del texto dice: “Otros consideran que el bien se conoce por el camino del sentimiento y, como la caridad, es un impulso del buen corazón”. ¿Les sirvió de algo la lectura? Les comento. Este viernes 27 de septiembre se cumplió un mes de la masacre del bar Caballo Blanco donde más de 30 personas murieron. En este día familiares de los fallecidos acudieron a rezar a sus finados. No llevaban flores ni veladoras y mucho menos coronas conmemorativas; sólo llevaban rezos y lágrimas. El gobierno del estado se comprometió públicamente a apoyar a las familias, no sólo en el entierro, sino apoyarlas en las necesidades que se fueran presentando, y es que muchas mujeres quedaron viudas, muchos niños quedaron huérfanos.
Pero el gobierno de Cuitláhuac García ni siquiera se presentó. Obvio no mandó flores, veladoras o coronas conmemorativas. Fueron los compañeros de prensa, los periodistas que cubrían la nota, los que se dispusieron a cooperar para comprar esas flores, esas veladoras, y hasta ropa para los niños huérfanos. Ah, pero qué devotos se ven leyendo su Cartilla Moral, esa que habla del amor, el sentimiento y la caridad; ¡fariseos hipócritas!
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