El próximo 26 de septiembre el Congreso de Veracruz dará el nombre del nuevo titular del Orfis. Mucho trabajo se llevó a cabo, decenas de entrevistas con aspirantes, decenas de horas que el Congreso ocupó para escuchar los proyectos de los aspirantes; los mismos aspirantes ocuparon mucho tiempo para preparar su plan de trabajo. Pues todo este trabajo, todas estas horas se podría tirar por la borda si el gobierno decide meter las manos en la elección; la elección corresponde al Legislativo, no al Ejecutivo.
Sin embargo, en los últimos días se ha filtrado en algunos medios de comunicación que el gobierno del estado tiene intenciones de imponer como titular del Orfis a una de sus incondicionales salida de la Secretaría de Finanzas. La intención es clara, tener el control del Órgano de Fiscalización Superior. Vale señalar que el gobierno del estado se encuentra saturado con asuntos pendientes.
La plaga de dengue los tiene muy ocupados y aunque haya una orden de aprehensión en contra de Jorge Winckler, el caso de la remoción ilegal del fiscal sigue todavía en tribunales y podría llegar hasta la Suprema Corte. A eso habría que añadir los cientos de laudos laborales que se tendrán que resolver y los asuntos que se vayan sumando. Aferrarse en imponer a una incondicional en el Orfis generaría muchas inconformidades e impugnaciones que se tendrían que resolver en los tribunales. Por supuesto, de todo esto se enterará el propio López Obrador, y eso le traerá a memoria los otros asuntos que el gobierno de Veracruz viene arrastrando.
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