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En manta del segundo aniversario luctuoso, primero aparece Callejas Roldán y Lázaro Medina, ¡ah!, después, Callejas Arroyo

«Cuando un hombre ve su final, quiere saber que su vida tuvo un propósito». Esa frase aparece en la película El Gladiador y en parte significa que, cuando nos acercamos a la muerte, esperamos que ésta haya valido la pena y que gran parte de los nuestros lo reconozcan. Eso viene a relación ya que mañana será el segundo aniversario luctuoso del quien en vida fuera el líder moral del SNTE en Veracruz. De Juan Nicolás Callejas Arroyo se pueden decir muchas cosas buenas y malas, sin embargo, tanto sus allegados como sus detractores sabían que el maestro Callejas, como le decían, era un hombre de una sola pieza y sostenía su palabra.

Al faltar el maestro Callejas, se esperaba que el King le entrara al quite, que se demostrara que había un digno sucesor. Sin embargo, los botines del viejo líder le han quedado muy grandes a Juan Nicolás Callejas Roldán. Una muestra del desdén y de la manera descuidada de hacer las cosas de Callejas Roldán, es la organización del evento del día de mañana en Paso Doña Juana, al que por cierto se espera la llegada de Alfonso Cepeda Salas.

Y es que si el inexperto líder reconociera la importancia del evento, hubiera puesto la fotografía de su señor padre en primer plano y, en el segundo, la de él y la de Lázaro Medina. Conociendo el cariño y trascendencia que dejó el maestro Callejas en su familia, tenga por seguro que esta manta no fue del agrado de ellos. Ojalá y que el grupo de achichincles que rodean a Callejas Roldán se armen de valor y le aconsejen lo que está bien o lo que lo dejará mal parado.

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