Según relata la madre, que fue quien encontró el cuerpo de su hija, la joven entró a darse un baño de tina y se llevó consigo el teléfono, mismo que puso a cargar mientras se bañaba. Al parecer el aparato, mientras se estaba cargando, resbaló a la tina lo que causó que la joven muriera electrocutada.
«Si el teléfono no hubiera sido enchufado a 220 voltios, la tragedia no habría sucedido», señaló el jefe del departamento de radioelectrónica de la Universidad Estatal de Irkutsk. Vale señalar que la muerte de Irina se suma a otras siete de personas que han muerto por las mismas circunstancias, pero a pesar de las advertencias las personas en Rusia, no entienden del peligro de entrar a bañarse con el teléfono celular.