Por eso la burla a los periodistas que le preguntaron sobre la información de las patrullas: «Huy que miedo»; por eso la respuesta a las mujeres de Perote que le pedían solución a su problema de desabasto de agua: «¿Quién le robó las baterías a las pipas? Ustedes saben»; por eso la respuesta a los reporteros que le preguntaron por el asesinato de una mujer en Coatepec: «Qué bueno que están sobre esto, porque cuando estaba Winckler sucedían cosas peores».
Como señalamos al principio, ya dejó de ser graciosa la estulticia del gobernador, quien ante su incapacidad para gobernar, su incapacidad para dar respuesta a los problemas de los veracruzanos, su incapacidad para responder por lo que sucede en el estado que gobierna, sólo responde sandeces, de esas que habitan en los cuartos de su cerebro que, ahora lo comprendemos, es una casa en completo desorden.