El día de ayer vecinos de Perote acudieron a las oficinas de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz exigiendo agua. Llevan meses sin el vital líquido, pagando a piperos que se ensañan con el precio del agua ante la necesidad de los pobladores. Son los mismos vecinos que tuvieron la oportunidad de suplicar al gobernador de Veracruz, el morenista Cuitláhuac García, para que les solucionara el problema del agua. ¿Y qué les dijo el Cuic? «El gobernador nos llamó rateros», gritaron los pobladores.
Y es que el sensible gobernador, el empático Cuitláhuac García les reprochó el robo de tres baterías, las baterías de las pipas que surten el agua. «Ustedes saben quiénes se las robaron», les dijo el gobernador, y no les solucionó nada.
Pero, aunque manden las tres baterías para las pipas, esto no soluciona el problema, porque los pobladores quieren abrir la llave del agua de su casa y obtener el líquido para su aseo personal, para sus alimentos, para limpiar sus casas, para sus jardines. De modo que el reproche del empático gobernador no tiene sentido, lo que los vecinos de Perote quieren es una solución definitiva para el problema del agua.
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