Hace rato que en el centro del país se dieron cuenta de la clase de gobernador que conduce los destinos de los veracruzanos. También se han dado cuenta de la clase de gobernador que es Cuauhtémoc Blanco, el futbolista al que le está yendo de la patada en Morelos. Señala el analista Salvador que el gobernador de Morelos ya estaba por tirar la toalla, porque «esto ya no es para mí» decía. ¿Y qué es “esto”? Pues la batiente inseguridad que se vive en ese estado y la indolencia, según él, de un Gobierno Federal que no lo apoya.
Pero en el caso de Cuitláhuac García es diferente, porque el gobernador de Veracruz tiene todo el respaldo del presidente López Obrador; Veracruz es el estado que más ha visitado el presidente; Cuitláhuac García es el gobernador a quien más ha respaldado.
Y, sin embargo, las cosas en Veracruz van de mal en peor. Señala García Soto en su columna del periódico El Universal: «En los 10 meses de su administración ya cobró la vida de más de 1,000 veracruzanos, con un incremento de 55% en los homicidios dolosos en estos 9 meses, además de que los feminicidios subieron en 83% y los secuestros en 124% de enero a junio de este año, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública».
Y no cuenta la plaga de dengue que se salió de control, el nepotismo, tráfico de influencias y la nula obra pública. Al final Salvador García Soto señala que estos dos gobernadores, hermanados por su nombre mexica, gobiernan estados fallidos.
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