Ya se dio cuenta López Obrador que la violencia no cesará; ahora a trabajar en lugar de alardear

Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB

La solución de un problema empieza por reconocer el problema. Un gobernante, por muy popular que sea, si dice que tiene la solución efectiva para el problema de la inseguridad en el país, sólo está demostrando que no conoce bien el problema de la inseguridad. Que quede claro, en México nadie podrá bajar la incidencia delictiva a cero; eso es una utopía.

Que el presidente Andrés Manuel López Obrador diga que le duele conocer las cifras de violencia en el país y que reconozca que a pesar de los grandes esfuerzos no se ha podido bajar la incidencia delictiva, es un mensaje positivo, dentro de lo funesto que pueda parecer. Ya quedaron atrás esas bravatas electoreras en las que aseguraba que él iba a acabar con la violencia en el país; ya pasaron a la historia esas fechas fatales que decepcionaban a todo mundo: “En los primeros seis meses de mi gobierno; en el primer año de mi gobierno; a mitad de mi gobierno; cuando termine mi gobierno”.

La verdad es que cuando termine su sexenio López Obrador, los cárteles de la droga quizá habrán mutado, pero seguirán en activo. “Me ocupa mucho el que se logre pacificar al país, que haya paz, que no haya violencia. Me duele mucho todos los días el reporte de la mañana cuando me entero, cuando me informan, cuando me reportan sobre hechos delictivos del país, eso es fuerte y ese es un desafío”. En adelante a trabajar en lugar de alardear.

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