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Cuitláhuac García dice que no tiene cola que le pisen; nepotismo, conflicto de intereses, tráfico de influencias; tal vez no de rata, pero de mono o tlacuache sí tiene

A veces los diputados y senadores esperan que los periodistas les hagamos el trabajo; a veces esperan que seamos los periodistas quienes descubramos el mal gobierno de un político para ellos tomar los cubiertos para servirse con la cuchara grande. Así ha sido en varias ocasiones. Por ejemplo, fue Animal Político el que, con su reportaje de las empresas fantasma, descubrió una de las facetas de la corrupción en el gobierno de Javier Duarte.

El reportaje de Libertad bajo Palabra sobre el nepotismo de Cuitláhuac García no dejó duda de la consanguineidad entre el gobernador y Eleazar Guerrero; ante ello Cuitláhuac García tuvo que apelar al cinismo: «El nepotismo no es delito».

Ante el anuncio del Partido Acción Nacional de buscar la desaparición de poderes en Veracruz para así evitar que el gobernador y sus secuaces puedan destituir con artimañas a quien les venga en gana, el gobernador muy ufano dice que él no tiene cola que le pisen, lo dice porque él no se siente una rata, porque jura que él no ha robado. Pero habría que decirle al gobernador que no sólo las ratas son animales con cola; también se pisan las colas de los perros, los monos y hasta los tlacuaches. En el poco tiempo que lleva el gobernador gobernando, ya tiene cola que le pisen.

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