Armando Ortiz / Cuitláhuac García se inmola. Durante la ceremonia del Grito de la Independencia, entre su arenga, el gobernador de Veracruz, el morenista Cuitláhuac García gritó: “Muera el mal gobierno”. Se arriesgó el gobernador, en cualquier momento el Palacio de Gobierno se pudo haber derrumbado, o en todo caso el infartado pudo ser él, y no la persona que murió a causa del caos desatado por los fuegos pirotécnicos que alcanzaron a la multitud. Gritar “Muera el mal gobierno” en un estado donde el gobernador ocupa el lugar 31 de 32 por su mal desempeño es como para morderse la lengua. “Muera el mal gobierno” en un estado donde somos primer lugar en feminicidios es como ponerse la soga al cuello; “Muera el mal gobierno” en un estado que está en los primeros lugares de secuestros y homicidios es como jugarle al valiente; “Muera el mal gobierno” en un estado donde impera el nepotismo es como no tener vergüenza; “Muera el mal gobierno” en un estado donde se gastan 15 millones para la celebración del Grito, pero no se tiene para campañas en contra del dengue es como ponerse debajo de la espada de Damocles; “Muera el mal gobierno” en un estado donde el gobernador es Cuitláhuac García es como escupir pa’rriba. El gobernador Cuitláhuac García no entiende que en este momento en Veracruz el mal gobierno es el suyo, y no sólo calificado por los propios veracruzanos que lo padecen, sino por las casas encuestadoras, los analistas y por sus mismos compañeros de partido, como el senador Ricardo Monreal que dijo sobre él: “No sabía en lo que se metía”.
El saldo blanco en el cerebro en blanco del gobernador; un muerto, niños y personas lesionadas no son nada
“En todo el estado se presenta saldo blanco con incidentes menores y en Xalapa fue que una bengala no tomó la altura suficiente y cayó encendida al suelo”. Después de lo que se vivió en Xalapa la noche del 15 de septiembre, las palabras de Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, caen como jugo de limón en los ojos de las personas que vivieran la terrible experiencia de ver a sus hijos lastimados por los fuegos artificiales que no cayeron en el suelo, como quiere hacer creer el gobernador, sino que cayeron sobre las personas, porque había personas sobre el suelo señor gobernador y de no ser porque algunos reaccionaron, los fuegos artificiales pudieron haber caído sobre una persona. Sin embargo, sí hubo lesionados, algunos reportaron 18, otros 14, pero hubo lesionados y no deberían haber lesionados. Pero hubo también una persona muerta, un infartado que podrán argumentar los apologistas del gobierno que murió porque ya le tocaba, porque algún día tendría que morir. Las imágenes que los oportunos fotógrafos y los videos que circulan en los medios informativos y las redes sociales muestran como la tragedia pudo ser mayor. De modo que Cuitláhuac García miente, como ya es su costumbre, y ofende a los lesionados y a los deudos cunado pretende minimizar, con su torpe verborrea, una tragedia que se pudo haber evitado.
En el Grito la alcaldesa de Tlalpan lanza un “viva la cuarta transformación” y le mientan su madre
De todo hubo en las diferentes ceremonias del Grito de la Independencia, desde el alcalde al que se le cayó la bandera desde el balcón de su palacio, hasta discursantes improvisadas que lanzaron vivas hasta por los regidores de su ayuntamiento. Pero también hubo alcaldesas que se olvidaron que la ceremonia del Grito no es parte de una campaña política. Patricia Aceves, alcaldesa de Tlalpan en la Ciudad de México, lanzó la tradicional arenga recordando a los héroes de la Independencia nacional. Sin embargo, ya entrada en “vivas”, a la señora se le ocurrió lanzar uno por la Cuarta Transformación. Así, después de lanzar un viva por Galeana y por los hermanos Bravo, Patricia Aceves gritó: “Viva la cuarta transformación y la soberanía popular”. En ese momento se escuchó de parte de los asistentes al Grito algunos abucheos, muchos “no” y un contundente “chinguen a su madre”. Eso sucedió en la Ciudad de México, donde gobierna Claudia Sheinbaum, una de las favoritas de López Obrador
Comentarios