Supongamos que un padre de familia se compra una motocicleta de 50 mil pesos en Elektra, y que llegando a la casa la esposa le reprocha por el costo de la motocicleta, pues no sólo le parece un gasto oneroso, sino que además la motocicleta, comprada en Elektra está con un tremendo sobreprecio. Entonces el padre, considerado, toma una decisión trascendental, en adelante en la casa sólo se comerán verduras y las cenas se suprimen, digo para verse austero.
Debido a las presiones mediáticas y a la filtración de los onerosos gastos que se erogarán en la fiesta del 15 de septiembre, el gobernador Cuitláhuac García, así como para taparle el ojo al macho, dijo que no iba a haber cena la noche del Grito ni tampoco desayuno la mañana del 16 de septiembre. Por supuesto, el gobernador lo que está haciendo es tomar una medida que parezca estar acorde con la política de austeridad de López Obrador, pero que es completamente incongruente.
Lo que el gobernador debió hacer fue cancelar al grupo, o correr a ese funcionario (apellidado Cisneros) que se va a transar, sólo con el pago del grupo, cuatro millones de pesos. Invita el gobernador a que se acuda a los sistemas de transparencia de su gobierno, para que se comprueben los gastos. El Cuic cree que nos chupamos el dedo; si eso ya lo tienen bien planchado.
Comentarios