La mañana de este domingo 15 de septiembre aparecieron dos cuerpos calcinados en la carretera de Teocelo, en el tramo conocido como “Sayago”. En la semana, en la zona norte de Veracruz, aparecieron cabezas humanas con mensajes amenazantes, días antes otras ejecuciones se dieron en Xalapa. El secretario de Gobierno, encargado de la gobernabilidad en el interior del estado dice que la solución a esos problemas es que los periodistas ya no estén reportando esos hechos. El gobernador Cuitláhuac García dice: «No vamos a permitir a los grupos delictivos venganzas ni que hagan este supuesto de ‘limpias’. Ellos no son nadie para juzgar a las personas».
El gobernador lo dice como si los delincuentes estuvieran supeditados al permiso del Estado para cometer sus fechorías. El gobernador no entiende que no entiende. Los grupos criminales operan a su propio albedrío, no le piden permiso a nadie y sus ejecuciones, o “limpias” las van a seguir llevando a cabo a menos que alguien los aprehenda y los ponga en la cárcel; es más, desde la cárcel pueden seguir operando.
La seguridad en un estado no se consigue con exhortos, se consigue con acciones, con estrategias. Antes se pudo prevenir con programas sociales, pero ahora, para desgracia nuestra, nos damos cuenta que los jóvenes prefieren delinquir, a sumarse a un programa social.
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