Parecía ser un día normal para Jackline Chepngeno, ella era una alumna de la Primaria de Kabiangek, en Konoin, Bomet Kenya. Sin embargo, su vida llegó a un abrupto fin. La niña tuvo su menarquia, primer periodo menstrual mientras estaba en clase y no contaba con una toalla sanitaria, así que su uniforme se manchó. La maestra del salón la avergonzó frente a sus compañeros e hizo que se saliera del salón, según cuenta Beatrice Chepkurui, madre de la menor. Después de que la maestra la humilló y la corrió del salón, Jackline regresó a casa, le contó lo sucedido a su mamá, la madre desconcertada le dijo que se mantuviera tranquila
La niña se fue a llenar una bandeja con agua para asearse. Fue en ese momento que la jovencita decidió quitarse la vida, buscó una soga, la colgó de las escaleras que estaban junto del baño, la amarró, puso un banco y se ahorcó. La madre al ver que su hija se tardaba, decidió ir a ver qué pasaba, cuando llegó encontró a su niña con la lengua de fuera y el rostro morado. La niña ya no tenía signos vitales.
Según los padres de la niña, la Policía no investigó más el caso. Es por ello que, junto con otros padres, se organizaron para bloquear la vía que comunica a la escuela. Además, algunos integrantes del contingente tumbaron la reja del plantel educativo. Demandaron saber por qué la Policía no había interrogado a la maestra que agredió con sus burlas a la joven Jackline.
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