El compromiso histórico con los maestros mexicanos se ve ratificado con la decisión presidencial de que los egresados normalistas obtengan una plaza y cumplan con su función como ejes que contribuyan a impulsar la Cuarta Transformación mexicana. Con esta decisión, el presidente Andrés Manuel López obrador viene a subsanar parte de las heridas que fueron infligidas por los gobiernos neoliberales de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.
El compromiso que asuman las nuevas generaciones de maestros normalistas no será pequeño, sobre sus hombros recae la lucha de miles de maestros que salieron a las calles a protestar contra las injusticias de un gobierno tirano y represor, que pretendió condicionar la permanencia laboral y que atentó contra la dignidad del maestro mexicano.
Hay mucho trabajo por hacer, aún es necesario poner las bases para que las nuevas generaciones puedan beneficiarse de una verdadera educación laica, gratuita, obligatoria, inclusiva e integral.
Existe voluntad de las dos partes: por un lado, el gobierno muestra una mejor actitud y por otro, el magisterio deberá asumir el compromiso histórico ante la sociedad de formar generaciones de libres pensadores. Esta decisión reconoce la heroica lucha magisterial y estamos seguros que los maestros normalistas sabrán corresponder a la sociedad y, sobre todo, también sabrán reconocer la buena voluntad del presidente.
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