Édgar Hernández* / De la lluvia de aspirantes a dirigir al Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS –vaya hasta el corrupto de Lorenzo Portilla se inscribió- previsiblemente quedan dos en la recta final: Felipe de Jesús Ramírez Vargas y Sergio Vázquez.
La experiencia, sin embargo, toma ventaja.
Ramírez Vargas llega de la ciudad de México buscando la titularidad de ORFIS, institución que prácticamente construyó con la mejor carta credencial, la recomendación de Andrés Manuel López Obrador.
Otras prendas no menos importantes son la experiencia en el ramo, su solvencia profesional y económica y, lo más importante, su buena fama pública.
El aspirante quien hoy comparece ante la Comisión de Vigilancia del Congreso del estado, trae el propósito y la meta de llegar a ORFIS para legitimar un régimen que está bajo sospecha.
Buscará asimismo, de acuerdo a su proyecto, transparentar el ejercicio público de la 4T en Veracruz a partir de la cabal rendición de cuentas y auditorías no acomodadas a los tiempos políticos o a las mismas circunstancias de quienes gobiernan, “sino a la realidad nacional”.
Es Felipe de Jesús Ramírez Vargas, quien en charla con este reportero asegura sin ambages que “¡Soy el mejor!”
Sin inmodestia y notable seguridad este técnico de los números “y las cuentas claras”, quien por cierto no rebasa la edad permitida por la ley para contender por la posición de auditor general de ORFIS, comprueba cuatro décadas de experiencia en las administraciones públicas federal y estatal, además de haber participado en firmas contables nacionales e internacionales.
“¡Mi trabajo me avala!”, presume.
En Veracruz ¿Cuál ha sido su participación?
“Fui el Director General de Auditoría Gubernamental en la época de Patricio Chirinos y ya para el régimen de Miguel Alemán, Contralor General del Estado.
“Desde ahí, desde mis oficinas, se gestaron los formularios del Reglamento interior para auditorías, los manuales de Organización y procedimiento, capacitación y formulación de leyes de obras públicas y de responsabilidades para construir lo que hoy es ORFIS”.
¿Regresa usted a Veracruz, pues?
“Sí señor. Regreso a servir a mi tierra en una tarea en la cual soy el mejor y el de mayor experiencia”.
¿Pero, las recomendaciones también cuentan, no?
“Desde luego que cuentan, pero más mi trabajo. Mi experiencia y mi pasado honesto y profesional, así como la determinación en este tramo de mi vida de servir y trabajar en favor de cambio, de esta transformación que está viviendo el país, es lo que me decidió”.
Felipe de Jesús es un contador público cuya primera participación pública la tuvo en 1979 como sub Auditor General del IMSS desde donde gestó bajo su mando el “Primer Manual de Auditoría Gubernamental” que regiría a todas las dependencias gubernamentales del país.
Construiría asimismo a la vuelta del tiempo, la plataforma para aglutinar a todos los subsecretarios, oficiales mayores, directores generales, titulares de contralorías en tareas comunes en beneficio del orden administrativo en los procesos de control y transparencia en el quehacer público.
“Es un tema denso a quien no todo mundo le quiere entrar prefiriendo el matiz político, el acomodo con el mandato de quien manda y el ejercicio administrativo a pedido de quien dicta las políticas públicas”, sostiene de manera valiente.
Prosigue:
“En 1981 formé parte del grupo que integró el ex presidente Miguel de la Madrid para la creación de la Contraloría General de la Federación. Eran los tiempos de la renovación moral y se requería terminar con el nepotismo, la corrupción y los manejos oscuros del dinero público”.
Y así fue.
“15 dependencias federales de primer orden fueron metidas al aro y el entorno del manejo adecuado de los presupuestos por primera vez en la historia de México tomaron otros rumbos”.
En PEMEX, Felipe de Jesús Ramírez Vargas, fue responsable de las adjudicaciones inmobiliarias lo cual no era un tema menor “ya que había que echarse un clavado en el mundo de la burocracia federal, pero valió la pena”.
Padre de familia, abuelo, hombre de alto reconocimiento en la administración pública el contador público también estuvo al servicio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y de regreso –al inicio de los 90- sirvió a la Contraloría donde implementó las “Auditorias integrales”, una especie de revisión sin escape a ninguna dependencia para los casos de instituciones monstruo como SCT, PEMEX, CFE, ISSSTE, IMSS y CONAGUA.
Mucha experiencia ha corriendo, como el agua bajo el río, bajo la tutela de este experimentado auditor, quien hoy busca la renovación de un ORFIS que urge reconstruir.
ORFIS, a la vista de la opinión pública requiere de credibilidad, de nuevos aires que regresen a la institución su esencia en el manejo transparente de la revisión de cuentas, nuevos instrumentos normativos y el manejo apolítico de los resultados.
¿Qué origina la corrupción?, se le cuestiona.
“Tres causas: la ignorancia de las leyes, la ausencia de controles internos y la confabulación de los servidores, de quienes manejan el dinero con particulares”.
Para el aspirante ORFIS “hoy debe respirar orden, eficiencia, eficacia y honestidad en todo el aparato gubernamental”.
Ya mismo Felipe de Jesús Ramírez Vargas, desde la iniciativa privada encabeza un despacho de contadores de auditorías de cuentas públicas, financieras, libros blancos y procesos de entrega recepción de alto crédito federal.
Ello a la par de su fama pública llamaría la atención del nuevo régimen que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador para determinar proponerlo ante el Congreso de Veracruz como auditor general de ORFIS en momentos cruciales.
En momentos en que se requiere observar el desempeño en el manejo de 128 mil millones de pesos anuales de parte del gobierno de Cuitláhuac García.
En momentos en que el país está cambiando.
¿Esto quiere decir que usted va a acabar con la corrupción?
“No. Le recuerdo que una administración trasparente no es aquella que más corruptos sanciona, sino la que menos actos de corrupción permite y ese es mi propósito”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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