Arturo Reyes Isidoro / Ahora sí estuvo atinado el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa Hipólito Reyes Larios cuando el martes pasado declaró en Ciudad Mendoza que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez “ha ido aprendiendo a gobernar” aunque no tiene colaboradores “tan fuertes”.
Mire que si Cuitláhuac ha aprendido: el lunes invitó a su llamada “Mesa para la Construcción de la Paz” en Palacio de Gobierno al entonces fiscal en funciones Jorge Winckler Ortiz.
Cual manso corderito, tras la reunión negó que la disputa con el abogado oaxaqueño interfiriera en sus responsabilidades. “… he percibido de parte del fiscal que puede expresarse, pero todas las veces que se le ha convocado a la mesa ha asistido. La coordinación a la que nos obliga la ley está siendo cumplida”.
Pero mientras hacía confiarse a Winckler, tenía listo ya el garrote para darle duro y a la cabeza: afinaba hasta el último detalle el albazo con el que lo echaría del cargo. El otro ni se las olió de tal forma que el marates se fue a casita a comer como fiscal pero cuando regresó y quiso volver a su silla se encontró con la novedad de que ya no era más que otro ciudadano.
Ironías de la política. La estrategia que usó fue del más puro estilo yunista. Esas jugadas se las conocía solo al maestro Miguel Ángel. A ver si no surgió ya el alumno que lo va a superar.
Ayer, en Agua Dulce, en el sur del Estado, Cuitláhuac declaró, muy quitado de la pena y poniendo cara de inocente, que la remoción temporal de Winckler obedeció a una decisión del Congreso y que él como titular de otro poder la va a respetar.
¡Ajá! Seguramente fue el primer sorprendido al enterarse que los diputados afines a su gobierno acababan de poner de patitas en la calle a uno de sus más odiados enemigos.
Sí monseñor HIpólito, de que ha ido aprendiendo qué duda cabe. Lo único malo es que lo que aprende son las malas artes de la política, claro, como que está en una escuela donde juega con puros niños groseros y los pocos que no lo son si entran al juego se tienen que aprender las reglas y atenerse a las consecuencias o de plano se marginan.
¿Así lo querían sus detractores? Claro, lo preocupante es que aprendió usando el garrote y como le salió bien el primer golpe a ver si no se engolosina y trata de seguirse de largo con todo lo que se le oponga o estorbe.
En el terreno político, pues, le salió bien todo, ya le pudo reportar al presidente que, ahora sí, se deshizo del enemigo. Ganó puntos. Le pusieron una estrellita en la frente.
Donde están creando un galimatías es en el terreno legal. Si Winckler y sus defensores acuden a buenos abogados, que seguramente lo harán, van a poner en aprietos al gobierno cuitlahuista.
A menos que el fiscal temporalmente separado desista de seguir luchando, lo que tenemos enfrente es un largo litigio en el que se verá si los tribunales obedecen consignas políticas o se apegan en forma estricta a la aplicación del Derecho.
Creo que desde el momento en que los diputados al quitar a Winckler calificaron su salida de “remoción temporal” es porque están conscientes que el arroz no está cocido todavía.
Para nada perdería yo de vista lo que declaró ayer el diputado local Gonzalo Guízar Valladares. Advirtió que las acciones que realice la actual encargada de la Fiscalía puedan ser impugnables, lo que deja en estado de indefensión a los ciudadanos y beneficia a los delincuentes.
Una cosa es lo político y otra lo legal. En medio del pleito, la delincuencia debe estar celebrando anticipadamente las Fiestas Patrias.
Loret, ¿a quiénes se refirió?
Carlos Loret de Mola, en su columna de ayer: “SACIAMORBOS. Arde el estado, el gobernador busca a quién culpar, actúa políticamente contra su villano favorito, su grada le aplaude… Y el estado sigue ardiendo”.
¿A qué Estado se refirió, a qué gobernador, a qué villano?
Austeridad alcanza a Valentina Alazraki
La austeridad de la Cuarta Transformación alcanzó y victimizó también a Valentina Alazraki, una de las periodistas mexicanas más conocidas en el mundo por su trabajo como corresponsal de Televisa en el Vaticano.
Desde hace 45 años viene cubriendo los viajes de los Papas por todo el mundo, lo que ya no pudo hacer con el que sería su viaje papal número 154.
Escribió ayer en su cuenta de Facebook: “Hola, muy buenos días a todos. Les quiero informar hoy que desafortunadamente no voy a poder seguir al Papa Francisco en su cuarto viaje a África. El Papa salió esta mañana hacia Mozambique, Madagascar y la Isla Mauricio, esto debido a ajustes presupuestarios. Lo siento mucho porque saben que a ustedes siempre los llevo en mis maletas”.
En El Universal se publicó que ajustes presupuestales de Televisa la dejaron en tierra; ya no pudo pagarle sus gastos.
Eso da idea de la crisis económica que debe vivir la televisora por la austeridad decretada por el presidente López Obrador, lo que la llevó a despedir a Carlos Loret de Mola para ver si así le aflojan el billete. Loret estaba cuestionando seriamente al gobierno de AMLO.
Si eso es con los grandes qué no será con los chiquitos. Muchos están condenados a desaparecer.
A tramitar amparos
Mientras Andrés Manuel López Obrador sea el presidente cualquier otro puede entrar al cargo pero es impensable que vuelva Winckler.
Para eso, los que armaron todo el tinglado de su salida tienen que buscar de inmediato corregir las violaciones a la ley que hubo y ratificar a la que está o poner a alguien que imponga respeto y orden.
Lo que me imagino es que todo aquel que cometió alguna irregularidad en el gobierno yunista o al amparo de este (que recibió contratos en forma irregular, por ejemplo, o desvió recursos) debe estar tramitando ya su respectivo amparo para no ser detenido por sorpresa, o debe andar ya cargando uno en la bolsa.
El secretario de Educación, Zenyazen Escobar, expresó ayer que con la salida de Winckler se espera que avancen las denuncias que en materia educativa estaban en la “congeladora” como la presentada por el presunto daño por mil millones de pesos en el tema de obras.
Lo que viene ya lo vimos y lo vivimos cuando el gobierno yunista persiguió a duartistas.
¿La culpa ahora es de la fiscal?
Con una persona asesinada en el popular mercado Rendón de Xalapa, cuando trataba de escapar de sus victimarios, la delincuencia recibió ayer a la “encargada” de la Fiscalía Verónica Hernández Giadáns. ¿La culpa ahora es de la fiscal?
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