Armando Ortiz / Todos esperaban que en su visita número 12 a Veracruz el presidente Andrés Manuel López Obrador por fin diera un manotazo para poner orden en el gobierno fallido de Cuitláhuac García. Por supuesto, no se espera que el presidente quite al gobernador de Veracruz para poner a otro. Para ello al menos debe esperar dos años. Pero si se esperaba la salida de otros funcionarios, esos que participaron con Cuitláhuac García en la mentira de “La Loca”; esos que le dijeron al presidente que el perpetrador de la masacre en Coatzacoalcos había sido detenido y soltado por la Fiscalía General del Estado cuando en realidad se sabe que fue la Fiscalía General de la República la que se encargó de ello. Pero López Obrador no vino a eso a Veracruz. Antes bien sigue respaldando la incapacidad de su hijo discapacitado, el cual se encuentra en el lugar 31 de los 32 gobernadores de todo el país. Veracruz es un polvorín, y las bandas del crimen organizado han tomado las ciudades más importantes del sur de Veracruz, ello a pesar de que la Guardia Nacional ya se encuentra instalada en la zona. Pero no vino a poner orden el presidente, antes bien vino a solapar el desorden. Por ello le decimos señor presidente, si no vino a poner orden en Veracruz, entonces ¡váyase al carajo! En fin, que usted ya nos enseñó que “carajo” no es una expresión tan fea, tan grosera.
Primer Informe de Gobierno, AMLO y las razones por las que debemos ser felices
El presidente Andrés Manuel López Obrador dio su Primer Informe de Gobierno desde Palacio de Gobierno. El informe del presidente se da a pocos días de la masacre en el bar Caballo Blanco de Coatzacoalcos. Por supuesto, el presidente no iba a poner énfasis en la violencia que impera en el país, antes bien, como ha sido la costumbre de todos los presidentes de México, sus cuentas fueron alegres. Ni siquiera las deficiencias de su gobierno que él mismo comentaba en sus conferencias mañaneras fueron mencionadas en su informe. Por ejemplo, la escasez de medicamentos, un reclamo reciente de padres de niños enfermos, se pasó por alto y se habló del abastecimiento de medicamentos, como si nunca hubieran faltado. Sobre el triunfo de los Juegos Panamericanos, a pesar de la falta de apoyo por parte de la Conade, se dijo que ya se les becó un año completo. A pesar de que durante todo el año miles de personas se quejaron de haber perdido su trabajo y de que los índices de desempleo iban a la alta, López Obrador presumió que «en los primeros siete meses de este año según el IMSS se han creado más de 300 mil nuevos empleos». López Obrador dijo que en 2024 se espera que tengamos una sociedad mejor, que la población esté viviendo en una situación de bienestar, porque en su gobierno primero los pobres. «Solo con una sociedad justa lograremos el renacimiento de México», dijo el presidente de México, pues «no es posible seguir omitiendo la justicia social de las obligaciones del gobierno».
¿Primer informe de Gobierno o Tercer Informe de Gobierno? La Constitución sólo marca uno al año, los otros son vaciladas
La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos obliga al presidente de México a que cada primero de septiembre se rinda un informe de del estado que guarda el país. Esa es la obligación constitucional que debe cumplirse cada año, por lo tanto, se espera de un presidente que rinda al menos seis informes de gobierno. Pero López Obrador, que a cada rato mandó a las instituciones al diablo, rinde cada que le viene en gana un informe a la nación. Antes del primero de septiembre Andrés Manuel ya había rendido dos informes, uno el 2 de julio en el Zócalo de la Ciudad de México con motivo de cumplir un año de su victoria electoral y otro a los 100 días de su gobierno. En los dos informes las cuentas de López Obrador siempre fueron alegres. Es por ello que este primero de septiembre el mandatario de México consideró que este sería el Tercer Informe de Gobierno, y si le dan ganas en octubre rinde el cuarto y ya invadido por el espíritu navideño en diciembre rendirá un quinto informe. Sin embargo, la Constitución sólo considera válido y obligatorio el informe que rinda ante los poderes el primero de septiembre; así lo marca la Constitución, los otros informes son vaciladas.
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