«Ya se canceló la mal llamada Reforma Educativa y estamos en pláticas con maestras y maestros para mejorar la calidad educativa». Esa fue la única referencia que hizo el presidente sobre este tema en su primer informe de gobierno. También señaló que el gobierno no se entromete en decisiones de órganos autónomos como la FGR, la CNDH, ni se abstiene a interferir en la vida interna de sindicatos ni de partidos políticos. Por cierto, quedó pendiente el asunto de un salario digno para los maestros.
Lo cierto es que se esperaba que hablara más sobre la Ley Laboral y las obligaciones que tienen los líderes sindicales con la democratización de los sindicatos. Desafortunadamente los líderes sindicales están presentando una fuerte resistencia al cambio. Y es que es fácil imaginar las transas, trastupijes y cochupos que éstos han hecho con los recursos de los trabajadores.
Al menos en el SNTE, a los maestros, administrativos y personal de apoyo se les descuenta cada quincena el uno por ciento de su salario como cuotas sindicales. Lo cierto es que el actual comité no ha entregado cuentas claras ni ha informado el uso que ha hecho por las cuotas sindicales de más de un millón setecientos mil maestros, regados a lo largo del país. Por lo pronto se sabe que los corifeos de Cepeda Salas comienzan a contemplar la posibilidad de sacar la convocatoria, no porque quieran si no porque la ley y los tiempos los están obligando.
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