En el año 2013, el magisterio en todo el país se cimbró cuando un amasijo de leyes neoliberales, impulsadas por una clase política cien por ciento priista, atentó directamente contra la permanencia docente. Rápidamente los maestros buscaron el apoyo de los líderes sindicales, se recordará que la única que enfrentó abiertamente la Reforma Educativa había sido encerrada injustamente. Sin embargo, los maestros sólo recibieron la fría indiferencia de Juan Díaz de la Torre.
Se sabía que este personaje, había traicionado a la mujer que lo había encumbrado al poder, poco a poco se fue sabiendo que las intenciones de este señor era llegar al Congreso Federal mediante el partido Nueva Alianza, una fuerza política que apoyaba al candidato José Antonio Meade y, como consecuencia, apoyaban también la permanencia y continuidad de la mal llamada Reforma Educativa.
Gracias a la presión mediática de miles de maestros que cerraron filas con la maestra Gordillo, Juan Díaz de la Torre fue obligado a salir por la puerta trasera del SNTE. No obstante, el huevo de la serpiente ya había sido fecundado y dio como origen que Alfonso Cepeda se quedara a cuidar las espaldas de Díaz de la Torre.
Hoy los tiempos soplan en contra de Cepeda Salas, la nueva ley laboral lo obliga a convocar a las bases para legitimar su presencia. Este líder sabe que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha comprometido con el magisterio mexicano de democratizar al SNTE. No hay vuelta de hoja, el SNTE tendrá que democratizarse, le guste o no a Alfonso Cepeda.
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