Raymundo Riva Palacio concluye: «El gobernador, protegido por el Presidente se ha convertido en un lastre para López Obrador y lo está arrastrando políticamente. Tiene que sacudírselo. Ese pie con gangrena le va a subir por el cuerpo a menos que se lo corte. Tener un pelele en un estado problemático no le funcionó, pero es mejor pagar el costo que el Congreso, dominado por Morena, lo lleve a juicio político y lo destituya, a que siga contaminando la cruzada de López Obrador».
La otra opción es esperar a Cuitláhuac cumpla dos años y así poner a un gobernador sustituto, salvando la posibilidad de unas elecciones. Pero si en nueve meses la incapacidad de García Jiménez ha hecho de Veracruz un desastre, con otros los 15 meses que le quedan puede incendiar el país.